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Perazancas de Ojeda, el estilo lombardo en Palencia. Ermita de San Pelayo


Perazancas de Ojeda es un pequeño pueblo palentino perteneciente al Ayuntamiento de Cervera de Pisuerga. Es el nexo de unión entre la comarca de la Ojeda y la Montaña Palentina. De hecho, este emblemático pueblo, conjuga en sí mismo y a la perfección ambas ubicaciones, geográficamente pertenece a la "románica" comarca de la Ojeda, pero administrativamente a la Montaña Palentina. Es una de esas típicas localidades del mundo rural palentino a la que te acercas con la intención de contemplar su iglesia parroquial, y te encuentras con un impresionante templo de estilo románico, al más puro trazo palentino, en pleno corazón del casco urbano de la localidad. Pero ahí no acaban las sorpresas, aproximadamente a un kilómetro del pueblo, junto a la carretera provincial en dirección Herrera de Pisuerga y en medio prácticamente de la nada, te encuentras con la segunda sorpresa de la jornada: la bella ermita románica de Perazancas, advocada a San Pelayo.

Iglesia parroquial de la Asunción. Perazancas
Pero vamos a lo que nos ocupa, ya que estamos hablando del románico de Perazancas, voy a intentar relatar unos interesante detalles sobre la ermita de San Pelayo, pues tiempo tendremos de hacer un intenso recorrido por su templo "principal": la iglesia parroquial de la Asunción, que también es digna de ver y mencionar. La Ermita de San Pelayo es una visita obligada en la ruta del románico de la Ojeda. Los templos románicos, ubicados en Moarves, Olmos y Peranzacas, entre otros, constituyen un conjunto arquitectónico único. Están datados en los inicios del segundo milenio, son simplemente soberbios. Personalmente, esta ruta es una de mis preferidas, por su proximidad en cuanto a concentración de puntos de interés a visitar y sin demérito del resto de recorridos palentinos, que con un poco de interés podemos trazar por los caminos del más bello románico palentino, por supuesto. Pero como ya he descrito anteriormente, Perazancas puede presumir de ostentar en su seno dos impresionantes legados adscritos a épocas de principios del segundo milenio verdaderamente brillantes: su iglesia parroquial y la mencionada ermita de San Pelayo. Es verdad que dicha ermita impregna en el visitante un halo espiritual sin igual e incluso, si no tienes la oportunidad de disfrutar de su interior... porque encuentres su puerta cerrada a cal y canto, el simple deambular por su exterior... te hace transpirar un sentimiento de paz y espiritualidad, que hace remontar a tu imaginación... a aquellos años del medievo en los que fieles y devotos purificaban sus almas a la vera de este mágico lugar.

El ermita es una joya en bruto del románico palentino. Su ábside, inspirado en el estilo lombardo importado de tierras mucho más al oriente, y sus reducidas dimensiones, son lo primero que llama la atención. Sorprende la diferencia de construcción de la nave que acoge el interior del templo, que es completamente rectangular, con el adosamiento a esta de su ábside, este detalle ya te da que pensar... que el tiempo se ha encargado de modificar y replantear su estructura original, muy poco habitual por estos lares. La nave principal conserva dos aberturas al exterior, en su orientación sur, sobre su pared meridional, que le entrega al templo la armoniosa luminosidad de los brillantes mediodías de la Ojeda. Además, se puede observar las marcas de una presunta puerta, hoy totalmente cegada, en su ala norte. El acceso a la ermita se realiza a través de una simple abertura efectuada sobre su fachada de poniente. Esta ofrece una decoración de medio punto dovelada, con sendas columnas sobre dos capiteles de aspecto muy ancestral, que constatan la extraordinaria sencillez del edificio. El ábside es el elemento arquitectónico del templo actual más antiguo, conserva una ventana en su flanco sur, que recuerda sus orígenes más románicos pero que no escapa de su curioso diseño de auténtico estilo lombardo, los amantes de este arte, disfrutarán de su sencillez y a la vez elocuente belleza. Asimismo, un pequeño tragaluz ventana en el naciente llena el interior de la ermita... de los aún débiles rayos de luz del albor, que no le falla a cada día. 

La construcción está datada, probablemente, en los años previos al 76... del segundo milenio, pues así lo atestigua una inscripción realizada sobre la lápida de consagración del templo, que ahora hace las veces de dintel en la cegada puerta norte. Pero es su interior... lo que te llena de gozo y fervor. Impresionan los sarcófagos que en él se conservan, la figura humana tallada sobre dicha piedra, es un firme ejercicio de la relatividad de la efímera muerte y de la vida eterna. La sencillez de su escasa decoración y ornamentación impregnan a la ermita de un espíritu plenamente rural, la simpleza y sencillez de su altar, situado sobre el centro del cilindro absidal y liberado de grandes recursos artísticos, transmite en el creyente un verdadero sentimiento de profunda devoción, pues evoca en el visitante... que lo importante es la silenciosa oración y no el alarde de grandes recursos eclesiásticos.

Pero uno de los verdaderos puntos de interés de la ermita, está en los restos de pinturas que esta aún conserva. Aunque son pocos los trazos pictóricos que en la actualidad podemos disfrutar... estos son de gran interés y valor. Haciendo un ejercicio de imaginación, podemos deleitarnos con cada una de las imágenes que sobre sus paredes impregnó el artista pintor de aquellos románicos años, En sus encalados muros, en la parte absidal, podemos admirar de una pequeña parte de lo que con seguridad fue un excepcional Pantocrátor, en este caso yo no fui capaz de deducir la presencia del habitual tetramorfos a su lado, que seguro que lo habria. De un apostolario, este si que es una delicia aún observarlo, y posiblemente, un calendario de antaño, que daba buena muestra de las tareas agrícolas que en la época se realizaban.

En definitiva, la ermita de San Pelayo es un lugar especial y encarnado para la oración más espiritual del amante del románico creyente y para la ensoñación y disfrute artístico del amante del románico más exento de esto. Esto que aquí cuento se refleja, literalmente, en el cartel que a intramuros, en el lado del evangelio, podemos alcanzar a leer:

Aquí oraron Reyes, Príncipes y Nobles de España y Europa, entre ellos Alfonso VIII, la Reina Doña Leonor y sus hijos, San Fernando, Rey de Castilla y San Luis, Rey de Francia.

VISTA VIRTUAL DE LA ERMITA DE SAN PELAYO (GIRA CON EL RATÓN EN TODAS LAS DIRECCIONES)
















Fotografías propias previamente retocadas
Mi blog de fotografía: 

1 comentarios:

Linda dijo...

Beautiful photos!!! :)

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