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I Encuentro Románico: Palencia, camino del más bello románico

En la ermita de San Pelayo. Perazancas de Ojeda
Era el 23 de abril, día del libro y a la par la fiesta de la Comunidad de Castilla y León, cuando releyendo por enésima vez el excepcional libro de Carlos M. Martín Jiménez: "Las mejores rutas por el románico de Palencia", en la sección dedicada a la ruta correspondiente a la comarca de la Ojeda, me planteé organizar el "I Encuentro Románico" para el sábado, 27 de junio de 2015, por tan excepcionales tierras palentinas. Tierras, que tal vez por quedar a desmano de una de las principales vías de comunicación de la provincia, posiblemente sean algo más desconocidas para el gran público en general. Pero su situación, a caballo entre la extensa llanura de la Tierra de Campos y las altas cumbres de la siempre bella Montaña Palentina, le dotan de un privilegiado entorno natural y patrimonial difícil de superar. Tengo que decir, en honor a la verdad, que el mes anterior había asistido junto a mi mujer a la ruta románica organizada por Sergio, Juan Jesús y Cristina del grupo Castilla y León Románica, por los más significativos templos románicos del entorno de Aguilar de Campoo. Dicha jornada me pareció excepcional y ya de aquellas barruntaba repetir el modelo de ruta, pero esta vez por los bellos templos de la comarca de la Ojeda: Zorita del Páramo, Perazancas de Ojeda, Moarves de Ojeda, Olmos de Ojeda, Villabermudo y Santibañez de Ecla.

Románicos en Moarves de Ojeda
No lo dudé ni un instante y lo primero que hice fue ponerme en contacto con Cristina Párbole, plantearla la organización del encuentro y saber si podía contar con su presencia como participante y guía de excepción para la jornada en cuestión. No sé si hay fracción más pequeña de tiempo, que la relativa a "un instante", pues su respuesta es difícil de encasillarla en ese periodo de tiempo. Cristina era imprescindible para desarrollar con éxito el encuentro, yo lo tenía meridianamente claro; sin ella, la jornada era imposible.

Una vez conocida su confirmación, me puse manos a la obra, y para lanzar el mensaje de la activación del evento del encuentro creado para tal fin, utilicé la plataforma de Facebook y más concretamente el grupo: Palencia, un gran museo al aire libre. El mensaje era sencillo:
"Ánimo, a ver si reunimos 40 personas, que quieran conocer el románico palentino de la Ojeda, de la mano de grandes especialistas en la materia: los chicos de La Huella Románica​."

Y la verdad que la respuesta de una media centena de seguidores del grupo, procedentes de toda la geografía nacional, fue inmediata. Hasta el día 27 de junio, poco más había que organizar. Simplemente contactar con las iglesias para concertar su apertura, labor que realizó extraordinariamente Cristina, contratar el autobús, y concertar la comida en la Finca Santa Eufemia de Olmos de Ojeda, paraje idílico para dicho fin. En este caso, su propietaria, María, nos lo puso todo muy fácil, desde aquí mi agradecimiento personal hacia ella, y a todo su equipo por la excepcional acogida y profesionalidad en su trato y, también cómo no, por su exquisita gastronomía.

Finca Santa Eufemia
Y llegó el día 27. El punto de partida del encuentro lo habíamos ubicado en Herrera de Pisuerga. A las 9.30 en punto ahí estábamos... 44 personas dispuestas y entusiasmadas a iniciar el encuentro. Agradecer al Alcalde de la localidad, Javier San Millán, su presencia, así como a su hijo, Javier, que nos acompaño durante todo el encuentro como a su hermana, Ana, que también estuvo pendiente del evento. A las 10 de la mañana estábamos en Zorita del Páramo. El día se presentaba caluroso, intuíamos una excelente jornada. La Iglesia de San Lorenzo, la primera de este encuentro, no defraudó.

Seguimos nuestra ruta rumbo a Moarves de Ojeda. Allí nos esperaba impasible una de las joyas de la ruta: la iglesia de San Juan Bautista. Su fachada, reconocida sin ninguna duda por todo el grupo gracias a las innumerables imágenes que recorren la red de redes a cada día, lucía su mejores galas. Pero para los que no la habían visto insitu, su primera reacción fue de gran sorpresa. Su espectacular friso te deja con la boca abierta, era uno de los comentarios más habituales. En su interior. la pila bautismal causó una gran impresión.

Atendiendo las explicaciones de Cristina en Perazancas
Nuestro siguiente destino, Perazancas de Ojeda. Allí dos emblemáticos templos del románico norte palentino, su parroquial, La iglesia de la Asunción y su ermita, a extrarradios de la localidad, advocada a San Pelayo. Para mí, la coqueta ermita de San Pelayo me ofrecía la ocasión de sentir, por fin... la fuerza que ejerce sobre el amante del románico el deseo de visitar su nave interior, cuando te encuentras bajo su influjo exterior y por no encontrar al custodio de la llave no logras acceder a él, lugar de poder donde los haya.

San Andrés de Arroyo
Y llegó la hora de la comida. Aunque el calor hacía estragos... los románicos sacábamos fuerza de donde fuera para proseguir con entusiasmo la ruta. La finca de Santa Eufemia, un lujo. Su iglesia, genuinamente románica, y su museo, un verdadero recorrido por el tiempo del medievo. El momento de merecido asueto, genial, y la exquisita gastronomía que María de Bustamante nos proporcionó, sencillamente excelente.

Qué decir de San Andrés de Arroyo. El claustro románico por excelencia. A las cinco de la tarde, en punto y reloj en mano, las hermanas de la abadía ya estaban esperando dispuestas a enseñarnos su joya y por supuesto a facilitarnos, si fuera preciso, su exquisita repostería. Era... casi el colofón del día, la verdad que en ese mismo momento, el románico palentino nos puso el listón muy alto, pero aún, antes de regresar a Herrera, una parada en Villabermudo para terminar la intensa jornada, con la visita a su iglesia que aún luce un esplendido ábside y unos cuantos canecillos de verdadero interés.

Claustro de San Andrés de Arroyo
El custodio del románico en Perazancas
En definitiva, para mí, una jornada histórica. Un día de amistad y compañerismo sin igual. Una demostración de que las redes sociales no solamente enriquecen las relaciones virtuales. Son en la actualidad una excelente plataforma para lanzar al mundo entero las excelencias que tenemos en una provincia que no tiene parangón, y quién no quiera verlo... él se lo pierde. Mi enorme agradecimiento a todos los participantes, Concha, Javier, Lola, Amparo, Chema, Begoña, Charo, Gregorio, Rafael, Chus, Logi, Maribel, Cristina, Daniel, Lorenzo, Gloria, Mimi, Tabu, Carlos, Luis, Conchita, Jagoda, Juan Carlos, Paloma, Virginia, Lucía, José, ya amigos para siempre, espero no se me olvide ninguno y si es así, que sepa que le llevo en mi corazón y que esto de mencionarle lo puedo corregir... esa es la grandiosidad de los blogs. A Eladio, de Lantadilla, que nos sorprendió con su actuación a lo Antonio Molina, vuelve cuando quieras, amigo. Al Abagón, por su excelente conductor, Mariano, que se contagió del espíritu románico y disfrutó como un niño. A los custodios del románico, que nos facilitaron el acceso a todos lo templos. A la familia San Millán, que siempre estuvieron pendientes del encuentro. A Juan, a María y a su equipo, de la Finca Santa Eufemia, que siempre creyeron en esta auténtica locura. A mi mujer, que empuja como nadie para realizar estas jornadas, a mi hermana, siempre apoyando con enorme entusiasmo, a los que vinieron de Guardo, Isabel, Rubí, Lourdes, Conchi, Mari Paz, José Luis, Aurelia, que creyeron en este encuentro desde su inicio, bueno, Lourdes... de Velilla, no se me vaya a enfadar. A los que por diferentes motivos no pudieron acudir, pero que nos hemos emplazado para la próxima. Y por supuesto... a Cristina Párbole, por su excelente labor y por estar imbuida del auténtico espíritu de lo que yo defiendo en mis publicaciones literarias: "Los conocimientos solo son buenos si se comparten", esto Cristina lo sabe como nadie... y lo hace como nadie, es un auténtico libro abierto por las mejores páginas del románico español. La debo mucho o todo, pues ella si que es la verdadera y auténtica custodia del románico palentino. Este es simplemente un pequeño relato homenaje a mis compañeros de encuentro, de un caluroso día... muy caluroso de junio y no solo en lo climatológico. Gracias y hasta pronto.

San Andrés de Arroyo


El misterio de las aguas, el fuego... y la noche de San Juan


Aunque acababa de asentarse en la comarca y no había tenido suficiente tiempo para indagar las sorpresas que esta le deparaba, ya conocía, por la avanzadilla previamente enviada a la zona, el manantial del que tantas increíbles historias había escuchado; a Máximo le atraía poderosamente aquella ancestral construcción, enclavada entre tan hermosas montañas. Localizar el manantial fue lo primero que hizo nada más llegar al misterioso lugar. Pero una vez allí, sus expectativas se vieron truncadas: ¿dónde estaba el agua que con tanto entusiasmo esperaba degustar?, se preguntó a sí mismo Máximo, sorprendido ante la sequía del manantial.

Volvió cariacontecido al asentamiento que él y su familia habían improvisado, no podía disimular su disgusto. La domina le preguntó cuál era la razón de su pesadumbre, pero esta no obtuvo respuesta alguna. La noche... se le hizo larga... muy larga y a pesar del abrasador sol, que imperante durante aquel eterno día daba paso a la noche más corta... aquella lóbrega y misteriosa noche, protegida por los rescoldos de la hoguera encendida al compás de la aparición de la oscuridad, se le hizo eterna. A la par y sucumbiendo ante el cansancio de tan larga jornada, empezó a retorcerse de dolor. No entendía a qué se debía aquel repentino dolor de tripa.

Amanecía lentamente, el sol comenzaba a despuntar sobre la cima de la majestuosa montaña. No había pegado ojo. El dolor no remitía, pero aun así, lo primero que hizo antes de de empezar la dura jornada que le esperaba, fue acercarse de nuevo al manantial. En esta ocasión, tuvo más suerte, el pilón desbordaba de agua limpia y cristalina. ¡Qué extraño! Parece ser que el agua mana a su antojo, pensó Máximo visiblemente sorprendido. Se reclinó sobre su cuerpo para alcanzar el agua, apoyándose sobre uno de los arcos de piedra que ornamentaban el manantial. Esperaba que así, bebiendo agua recién brotada del pilón, calmase el insoportable dolor que desde la noche anterior le afligía. Máximo llevaba constantemente su mano al bajo vientre, y así una y otra vez, intentando de esta forma mitigar... su cada vez más insoportable aflicción. De nuevo, Máximo bebía de aquel agua, casi sin darse tregua para respirar plenamente convencido de que le haría bien a su dolor. Repetía de nuevo la flexión, esperando recuperar las fuerzas necesarias para poder iniciar la jornada en aquel bello lugar.


La domina ya le había advertido en diversas ocasiones. Su afición a las supercherías terminarían por hacerse realidad... y no respondería por él. No era la primera vez que lo habían discutido. De hecho, el día anterior, nada más llegar a la comarca, Máximo había comentado ante los suyos, que la fuente en la que habían puesto tantas esperanzas la había encontrado más seca que la tierra de aquellos polvorientos y amarillentos campos del sur, preludios del verde y florido paraje que frente a si tenía. Sin embargo, al día siguiente, manaba y manaba agua del manantial sin cesar y sin que encontrara explicación alguna para aquel extraordinario hecho. Aún así, estaba seguro que les traería suerte, mucha suerte, las cosas se tornarían a mejor, estaba plenamente convencido. Pero pasaron los primeros días y el estado de salud de Máximo empeoró. Al séptimo día, solo era capaz de reclinarse sobre su lecho intentando mitigar como podía aquellos terribles dolores. Al atardecer, un silencio sepulcral se hizo en la improvisada estancia. La domina salió del recinto y mirando al languidecido sol, suplicó: Ahora no, aún no...

Y hasta aquí la leyenda... ahora, la  realidad.

La noche de San Juan es tal vez una de las tradiciones más veneradas y celebradas en las tierras de fe cristiana, aunque curiosamente procede de una tradición auténticamente pagana. De hecho, el Apóstol, da nombre a multitud de lugares, parajes, barrios, etc., y a infinidad de templos que consagran sus piedras a uno de los discípulos que más destacaron en la vida de Jesús de Nazaret. Juan fue testigo de excepción de importantes episodios acontecidos en la vida Cristo. Jesús impregnó en este una enorme devoción, que hizo de él uno de sus más fervientes seguidores.

En la noche de San Juan... el agua y el fuego son actores principales e imprescindibles. Son parte ineludible de la noche más mágica del año. La tradición popular nos recuerda constantemente que es la noche más corta del calendario gregoriano, y el fuego purificador... es la señal enviada desde la Tierra que predestina al sol... fuerza para encarar el estío. Pero técnicamente esto no es así, cuanto menos en la primera parte, pues la noche más corta se produce con la llegada del solsticio, unos días antes a la celebración de esta popular tradición, aunque la diferencia de tiempo de ambas noches es básicamente de segundos. En la segunda... la de conseguir de que el sol se comporte como tal en el verano velillense... habría mucho que discutir.


De fuego, agua y noche de San Juan saben mucho los vecinos de Velilla del Río Carrión. Buenos amigos y compañeros ostento en el pueblo vecino. Además, quién no quiere presumir de nuevos conocimientos a la hora del relato de sus historietas y anécdotas, y añadir a su elocuente narración de hechos, añadiendo que a escasos tres kilómetros de su tierra natal... existe uno de los elementos patrimoniales más misteriosos, mágicos y sorprendentes de la comarca. Sí, sí, hablo de la Reana, lugar de poder único en la zona. Paraje idílico donde les halla y envuelto en un entorno sin igual. Lugar de ensueño donde mejor se conjuga el misterio, la tradición, la cultura, etc., no en vano se entrelazan desde tiempos inmemoriales el fuego el agua y la veneración a San Juan. Pero para los velillenses no todo queda simplemente con la constatación de tener una fuente prodigiosa, sino, además, Velilla puede presumir de algunos vestigios románicos... aún encarnados en la eterna acompañante del manantial, la ermita de San Juan de Fuentes Divinas, casi nada. Como dice mi buen amigo Edu... estás en el Paraiso, majo.


La Reana es un manantial de aguas intermitentes. No sé por qué... intuyo que su ingenioso constructor perjuró que su misterio nunca sería resuelto. Y más de dos mil años después, así sigue siendo, el misterio está prendido a fuego entre las aguas de dicho manantial. Consta de tres arcos (de los que solo uno es original, los otros dos fueron reconstruidos en los años ochenta) otorgando a la fuente un estilo que recuerda a las construcciones termales romanas de época. Su datación es incierta. Plinio el Viejo consideraba que la actual Reana es una de las tres Fuentes Tamáricas ubicadas en el norte peninsular, principalmente entre el norte de Palencia y Cantabria. Doscientos años antes de su época, ya se reflejaba en algunos de los escritos estudiados y consultados por él. Pero la verdad es que su origen forma parte del misterio que envuelve a la fuente. Leyendas mágicas y misteriosas danzan en torno a esta. Una de ellas, precisamente la más intrínsecamente ligada con la vida y la muerte, el fuego y el agua, nuestro amigo Máximo... ya fue testigo de excepción de estas... Supersticiones a parte, yo por si acaso las fotos que acompañan a este humilde artículo, las pongo con el agua manando... no sea que tal...

VISTA ESFÉRICA DE LA REANA (MUEVE CON EL RATÓN EN TODAS LAS DIRECCIONES)











Fotografías propias previamente retocadas
Mi blog de fotografía: 

Ermita de San Juan de Villanueva del Río Pisuerga, Huerta de Guadián, donde el románico se reencontró con la historia


El románico es una de las señas de identidad más importantes de la provincia de Palencia. No es la única, pues esta provincia cuenta con excepcionales recursos naturales, patrimoniales, culturales, gastronómicos etc., que la convierten en una de las provincias con mayor proyección turística de la comunidad de Castilla y León. En Palencia, encontrarás lugares sorprendentes, mágicos. Algunos desconocidos para el gran público, pero de enorme valor y de una belleza cautivadora sin igual, que te sorprenderán gratamente una vez que los hayas descubierto.

Palencia es una provincia rica en románico, de esto no hay ninguna duda. De norte a sur, toda su extensión está plagada de edificaciones que responden a este laureado estilo arquitectónico. Es verdad, que el norte de la provincia es quien se lleva la palma en cuanto a concentración de edificaciones románicas, pero también el sur tiene un importante legado, en este mismo sentido y sin olvidar que en el trazado tradicional del bello recorrido del Camino de Santiago, existen joyas de incalculable valor cultural y patrimonial verdaderamente impresionantes.

Pero en este aspecto, sorprendentemente, la capital, Palencia, no posee actualmente abundantes restos del estilo románico, pero aun así, ostenta en el corazón de la ciudad la edificación con datación más antigua de este venerado estilo: "la cripta de San Antolin". Aun así, por vicisitudes del destino, bueno... más bien, por el inexpugnable y necesario desarrollo de nuestra sociedad, en el interior del parque de la Huerta de Guadián, podemos encontrar una pequeña ermita bien merecedora de ser precursora y buen exponente del Románico Norte, expansivo por toda la provincia; pequeña ermita, a la cual se la ha privado su espadaña, que este parque capitalino tuvo el honor de heredar en los años setenta para el disfrute de los vecinos y visitantes de la capital, estando almacenadas sus piedras durante casi 20 años en un recinto municipal. La Ermita de San Juan Bautista se trasladó a la capital en el año 1955, antes de que su ubicación original, Villanueva del Río Pisuerga, fuera anegada por las aguas del embalse de Aguilar de Campoo.

Ermita de Villanueva del Río trasladada a Palencia. Huerta de Guadián
Ermita de Villanueva del Río trasladada a Palencia. Huerta de Guadián
Vistas esféricas de la ermita situado en la Huerta de Guadíán. Gira con el ratón para verla en todas las perspectivas:



La Colegiata de San Salvador de Cantamuda... el más bello románico de montaña (Actualización)


Hace algún tiempo visité la colegiata de San Salvador de Cantamuda o Cantamuga, como bien le gusta denominar a mi buen amigo Froilán de Lózar. En aquel momento, no pude ver el interior del templo, pues además de que solamente iba de paso y con la única intención de sacar unas fotografías de su exterior, no tenía tiempo para andar buscando a quién me abriera la puerta de tan imponente iglesia. Un tiempo después, y en plena conversación con mi amigo Txomin, la casualidad quiso que este me enseñara una fotografía esférica del interior de la colegiata, que Abel, el nuevo cura de San Salvador, le había enviado a su móvil. ¡"Estupefactos" quedamos con aquella panorámica sin igual del interior de tan magnífica colegiata! Me comprometí a indagar en Internet la forma de poder divulgar este tipo de vistas virtuales a través de la gran redes de redes. A su vez, con el tiempo y gracias a este nuevo estilo de fotografía, gané un nuevo amigo, Abel, gran persona y hombre de Dios muy comprometido ahora con las personas de estas lejanas tierras de su país natal. Tengo que decir, que esto me sirvió de escusa para acercarme de nuevo a San Salvador, esta vez con la intención de realizar varias tomas del interior del templo. Una vez que estás allí, comentar al primer lugareño que te encuentres que eres amigo del cura... nunca falla. Se abren las puertas de la colegiata de par en par y así, de esta forma tan peculiar, pude cumplir el compromiso adquirido, conmigo mismo, de actualizar el artículo con las fotografías y vistas virtuales del más imponente templo románico de la Montaña Palentina. En este mismo artículo podéis ver dos fotografías esféricas de tan idílico paraje. Va por vosotros, amigos.


Caminante... en el camino, no encontrarás escarpados precipicios, acechando tu llegada al albor de tu atónita mirada... pero sí lugares encantados que, por un solo instante, congelan la respiración del visitante, suscitando, en él,  un contenido y helador aliento ante la magnitud del paisaje hallado.
Caminante, en el camino... en su busca y a su paso, no encontrarás sinuosas curvas... de aquellas que disparan el corazón hasta límites insospechados... pero sí lugares, en ocasiones olvidados, que destilan fantasía, impregnando una primorosa naturaleza en cada uno de sus bucólicos rincones. 
Caminante, en el camino... tampoco descubrirás vertiginosos desfiladeros, que cuan precipitados acantilados, ladera abajo, correteen sus aguas, malditamente asalvajadas, golpeando violentamente sobre sus indómitos peñascos. 
Caminante, ¡ay! Caminante... ni rocas colgadas encontrarás... apiñadas sobre angostos riscos y abriéndose paso entre el insolente y deslucido asfalto que brota sobre la abrupta vegetación del entorno. Ni tan siquiera, en el camino, caminante, echarás de menos artificiales miradores construidos a golpe de la sobria mano del hombre... pues no es necesario, de verdad... porque toda su extensión es un digno mirador en sí mismo...




Y yo te digo, caminante, esta es la grandiosidad de la "Montaña Palentina", #montaña viva, #montaña inmensa, #montaña prodigiosa siempre eterna... eternamente hermosa, pero sobre todo... montaña amiga, gentil, fácil y accesible... muy accesible, de tal forma que en cada lugar, en cada rincón, en cada paraje disfrutarás de ella a cada instante, cuando emprendas este increíble viaje.
En cada momento, en cada metro, en cada palmo de verde tierra que germina sobre su superficie, salta a tu vista un brote de naturaleza viva y plena... brote de su amable devenir por los tiempos... y sobre un manto de siembra cargado de historia y belleza.

Una comarca de verdes valles encontrarás. De azules cielos que reflejan un intenso añil sobre sus aguas acristaladas. Aguas angostadas a intramuros de artificiales paredes, que otrora fueran construidas por la mano del hombre... Aguas... que ahora están significadas en extensos embalses que riegan, nutren y fertilizan la vida de las sedientas tierras del bajo sureño. Una Montaña de atractivas e infinitas cumbres que miran el cielo sin complejos, y que observan, cuan ventana indiscreta, desde cualquier punto de sus innumerables caminos... tu esperada llegada... Y cuando llegas, "la Siempre Dispuesta de la Montaña" ya te está esperando, ahí, en el mismo lugar en donde la enclavaron los lugareños de antaño. Es perfecta, armoniosa en sus formas, inamovible y respetada por los innumerables avatares de la vida que han acontecido a su vera... durante sus casi mil años de existencia. Es románico palentino en su estado más puro, y románico en el que en su sublime interior mejor se cautivan los sentidos. Siempre la encontrarás con su perfil dispuesto, busques el que busques. Siempre preparada para tu cámara y siempre acompañada de un majestuoso entorno natural.
Encarada y engreída -lo digo dulcificando el significado de ambos adjetivos- a sabiendas que es la estrella de la terna. Ahí está, esperando y esperando a que suene el metálico sonido de tu cámara, mientras te susurra al oído... que no tengas prisa en admirarla, y te vuelva a susurrar... que es hermosa ... muy hermosa desde cualquier ángulo enfocado.





San Salvador de Cantamuda es un lugar mágico; su templo, advocado al propio santo que le da el nombre, un lugar de poder. Se concibió como colegiata, allá por el siglo XII. Fue fundada por la Condesa de Castilla Doña María Elvira, allí fue enterrada, aunque en la actualidad... la antigua colegiata es considerada como la Iglesia Parroquial del municipio de San Salvador de Cantamuda, perteneciente al Ayuntamiento de la Pernía en pleno corazón de la Montaña Palentina. LLegar a San Salvador desde cualquier punto de la provincia de Palencia es muy sencillo. Desde Guardo, desde Aguilar o desde la capital, simplemente debes de dirigirte a Cervera de Pisuerga, una vez allí, no tiene pérdida, toma la C-627, disfruta del embalse de requejada, anota la visita a Vañes, Polentinos, Estalaya o la abadía de Lebanza, por poner algunos ejemplos, y déjate llevar por la magia del Parque Natural de Fuentes Carrionas y Fuente Cobre.



Ante ella, su imponente figura impresiona. Cuando estás bajo su influjo, no puedes dejar de voltear su perímetro en busca de todas y cada una de las múltiples perspectivas que amablemente ofrece. Ella siempre se presta, siempre está dispuesta... es, hoy, por derecho propio, la novia de la imagen digital y sino que se lo digan a "san" Google y a las redes sociales. Su encaje con el entorno es auténticamente privilegiado, sin más. Es, asimismo, la ensoñación y custodia permanente de miles de guajas y guajes, que a lo largo de los tiempos modernos han magnificado este idílico entorno con sus acampadas, sobre todo, en los esperados periodos estivales y, aunque ausentes con el frío, el invierno les espera para regalarles otra increíble estampa de tan bello lugar. Niños y mayores que descubrieron el poder de este entorno y que ahora no pueden desprenderse de su influjo... siempre alegres, siempre divertidos, la siempre dispuesta de la montaña les acompaña. Tiempos en los que jóvenes de mano entusiasta, jugando con los acordes de sus guitarras, dibujaban notas musicales que una vez emancipadas aluzaban su espadaña. Sonidos armoniosos atraídos, junto con sus alegres cantos, por el techo estrellado de una fresca noche de verano... En definitiva, San Salvador de Cantamuda, además de la joya de la Montaña, es la perfecta imagen de las publicaciones y calendarios anuales, que moran permanentemente en las paredes de nuestros más humildes hogares. Ven y disfrútala.

#Palencia, un gran museo al aire libre.

Vistas virtuales del interior y exterior de la colegiata. Mueve con el ratón en todas las direcciones:

La Iglesia de Santa Eulalia, Paredes de Nava, donde duerme el talento de Pedro Berruguete


Paredes de Nava es uno de esos pueblos perteneciente a la comarca terracampina de Palencia, que cada vez que tienes la ocasión de volver a pasear por sus calles... no deja de sorprenderte... pero que muy gratamente. En sus calles se respira, en cada unos de sus hermosos y bucólicos rincones, el inmenso legado artístico que tiempo atrás impregnaron en esta noble villa sus más reconocidos e ilustres personalidades. El aún presente espíritu artístico y cultural de tan prestigiosos antepasados, inspira en el visitante una curiosa sensación de estar en un lugar increíblemente cargado de historia, que emana del talento de sus extraordinarias personalidades. Paredes de Nava es la casa de Pedro Berruguete y, a su vez, es el lugar en donde guarnece parte de su impresionante obra. Es también cuna de otros ilustres personajes de la historia escrita de la localidad, cuyo máximo exponente está significado en el gran Jorge Manrique, destacado poeta de la Baja Edad Media muy ligado a la villa paredeña.

Pero no solo Pedro Berruguete es uno de sus más prodigiosos lugareños, a su vez, esto mismo concurre en alguno de sus descendientes más directos, sobre todo, en Alonso hijo, otro Berruguete de excepción. Ambos son parte ineludible de la historia viva de la localidad. Son causa significada del legado dejado por ellos, permaneciendo en la memoria de los tiempos y escribiendo con letras de oro el día a día de esta emblemática localidad palentina. Los Berruguetes mantuvieron en Paredes de Nava uno de los talleres artísticos más prestigiosos de la antigua Castilla. Su innata habilidad para las técnicas pictóricas y escultóricas ha quedado constatado entre los muros del excepcional templo de la villa paredeña, al cual está dedicado este humilde artículo.


La Iglesia de Santa Eulalia está situada en pleno corazón del casco histórico de la villa, en la popular Plaza de España de dicha localidad. Es muy agradable comprobar, al pasear por las tranquilas calles del pueblo, como el entorno urbano y las colindes de este magnífico templo está perfectamente urbanizado y como su acertada adecuación urbana ha buscado resaltar la increíble belleza de su imponente torre... tan amplia plaza, los aficionados a la fotografía lo agradecemos enormemente. A los pies de esta hermosa iglesia encontraremos el Monumento a Jorge Manrique, una alegoría y homenaje de la villa paredeña a uno de sus más queridos y destacados hijos.

Contemplar... ensimismado... la esbelta torre del templo, que preside esta plaza de la localidad... impresiona. Si la observas con detenimiento, podrás comprobar la transición arquitectónica que los diferentes estilos artísticos han impregnado en el templo; dejando una hermosa huella en sus piedras a lo largo del tiempo y que ahora podemos contemplar y admirar. Su torre es buen testigo de ello. Su base se levanta sobre el antiguo campanario de su predecesora, posiblemente una ancestral iglesia románica, cuya base sirvió de arranque para el nuevo templo; de hecho, sus primeros niveles dejan buena huella de tan laureado estilo artístico. Esta ingente obra culmina en una impresionante cúpula de estilo mudéjar, construida en ladrillo y baldosas esmaltadas de colores, que brilla con luz propia sobre el cielo de buena parte de la comarca terracampina palentina; por esto... y por mucho más... es Monumento Nacional desde al año 1962.


El interior del templo es sublime. Sus dimensiones son catedralicias. Nada tiene que envidiar a los bellas iglesias de poblaciones vecinas, como Támara, Amusco, Santoyo... por poner algunos ejemplos. Bien podríamos encuadrarla en la "Ruta de la Iglesias Catedrales" de esta nuestra tierra palentina, pues no desmerece en nada esta adjetivación. Lo primero que llama poderosamente la atención, según te adentras en la iglesia, es su impresionante órgano. Es de estilo barroco y está situado en la nave central del templo, en el lado del evangelio. Pero inmediatamente todos tus sentidos se dirigen hacia el altar mayor, donde presidiendo la cabecera del templo, encontrarás uno de los retablos más bellos y laureados de toda la comarca, en él... está intrínseco el espíritu de la casa de los Berruguete. Es toda una conjunción de devoción pictórica y escultórica como nunca había visto. Es el arte escenificado en su mejor expresión y al servicio de los los más profundos sentidos del hombre. Y para finalizar, como ya es habitual en mis artículos, de nuevo lo cuento, no soy especialista en arte, por eso te recomiendo... que si lo que buscas es un detalle específico de sus ornamentos y estilos artísticos... no sigas leyendo a este humilde bloguero, pues yo no te lo puedo ofrecer características técnicas del arte en cuestión. En dicho caso, acércate a Paredes de Nava, pregunta por Cristina Gutiérrez Aguirre y escúchala con atención, seguro que te impregnará toda la sabiduría que ostenta... sobre esta hermosa y bella iglesia.

Palencia, un gran museo al aire libre.











Fotografías propias previamente retocadas
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