En la ermita de San Pelayo. Perazancas de Ojeda |
Era el 23 de abril, día del libro y a la par la fiesta de la Comunidad de Castilla y León, cuando releyendo por enésima vez el excepcional libro de Carlos M. Martín Jiménez: "Las mejores rutas por el románico de Palencia", en la sección dedicada a la ruta correspondiente a la comarca de la Ojeda, me planteé organizar el "I Encuentro Románico" para el sábado, 27 de junio de 2015, por tan excepcionales tierras palentinas. Tierras, que tal vez por quedar a desmano de una de las principales vías de comunicación de la provincia, posiblemente sean algo más desconocidas para el gran público en general. Pero su situación, a caballo entre la extensa llanura de la Tierra de Campos y las altas cumbres de la siempre bella Montaña Palentina, le dotan de un privilegiado entorno natural y patrimonial difícil de superar. Tengo que decir, en honor a la verdad, que el mes anterior había asistido junto a mi mujer a la ruta románica organizada por Sergio, Juan Jesús y Cristina del grupo Castilla y León Románica, por los más significativos templos románicos del entorno de Aguilar de Campoo. Dicha jornada me pareció excepcional y ya de aquellas barruntaba repetir el modelo de ruta, pero esta vez por los bellos templos de la comarca de la Ojeda: Zorita del Páramo, Perazancas de Ojeda, Moarves de Ojeda, Olmos de Ojeda, Villabermudo y Santibañez de Ecla.
Románicos en Moarves de Ojeda |
Una vez conocida su confirmación, me puse manos a la obra, y para lanzar el mensaje de la activación del evento del encuentro creado para tal fin, utilicé la plataforma de Facebook y más concretamente el grupo: Palencia, un gran museo al aire libre. El mensaje era sencillo:
"Ánimo, a ver si reunimos 40 personas, que quieran conocer el románico palentino de la Ojeda, de la mano de grandes especialistas en la materia: los chicos de La Huella Románica."
Y la verdad que la respuesta de una media centena de seguidores del grupo, procedentes de toda la geografía nacional, fue inmediata. Hasta el día 27 de junio, poco más había que organizar. Simplemente contactar con las iglesias para concertar su apertura, labor que realizó extraordinariamente Cristina, contratar el autobús, y concertar la comida en la Finca Santa Eufemia de Olmos de Ojeda, paraje idílico para dicho fin. En este caso, su propietaria, María, nos lo puso todo muy fácil, desde aquí mi agradecimiento personal hacia ella, y a todo su equipo por la excepcional acogida y profesionalidad en su trato y, también cómo no, por su exquisita gastronomía.
Finca Santa Eufemia |
Seguimos nuestra ruta rumbo a Moarves de Ojeda. Allí nos esperaba impasible una de las joyas de la ruta: la iglesia de San Juan Bautista. Su fachada, reconocida sin ninguna duda por todo el grupo gracias a las innumerables imágenes que recorren la red de redes a cada día, lucía su mejores galas. Pero para los que no la habían visto insitu, su primera reacción fue de gran sorpresa. Su espectacular friso te deja con la boca abierta, era uno de los comentarios más habituales. En su interior. la pila bautismal causó una gran impresión.
Atendiendo las explicaciones de Cristina en Perazancas |
Nuestro siguiente destino, Perazancas de Ojeda. Allí dos emblemáticos templos del románico norte palentino, su parroquial, La iglesia de la Asunción y su ermita, a extrarradios de la localidad, advocada a San Pelayo. Para mí, la coqueta ermita de San Pelayo me ofrecía la ocasión de sentir, por fin... la fuerza que ejerce sobre el amante del románico el deseo de visitar su nave interior, cuando te encuentras bajo su influjo exterior y por no encontrar al custodio de la llave no logras acceder a él, lugar de poder donde los haya.
San Andrés de Arroyo |
Y llegó la hora de la comida. Aunque el calor hacía estragos... los románicos sacábamos fuerza de donde fuera para proseguir con entusiasmo la ruta. La finca de Santa Eufemia, un lujo. Su iglesia, genuinamente románica, y su museo, un verdadero recorrido por el tiempo del medievo. El momento de merecido asueto, genial, y la exquisita gastronomía que María de Bustamante nos proporcionó, sencillamente excelente.
Qué decir de San Andrés de Arroyo. El claustro románico por excelencia. A las cinco de la tarde, en punto y reloj en mano, las hermanas de la abadía ya estaban esperando dispuestas a enseñarnos su joya y por supuesto a facilitarnos, si fuera preciso, su exquisita repostería. Era... casi el colofón del día, la verdad que en ese mismo momento, el románico palentino nos puso el listón muy alto, pero aún, antes de regresar a Herrera, una parada en Villabermudo para terminar la intensa jornada, con la visita a su iglesia que aún luce un esplendido ábside y unos cuantos canecillos de verdadero interés.
Claustro de San Andrés de Arroyo |
El custodio del románico en Perazancas |
En definitiva, para mí, una jornada histórica. Un día de amistad y compañerismo sin igual. Una demostración de que las redes sociales no solamente enriquecen las relaciones virtuales. Son en la actualidad una excelente plataforma para lanzar al mundo entero las excelencias que tenemos en una provincia que no tiene parangón, y quién no quiera verlo... él se lo pierde. Mi enorme agradecimiento a todos los participantes, Concha, Javier, Lola, Amparo, Chema, Begoña, Charo, Gregorio, Rafael, Chus, Logi, Maribel, Cristina, Daniel, Lorenzo, Gloria, Mimi, Tabu, Carlos, Luis, Conchita, Jagoda, Juan Carlos, Paloma, Virginia, Lucía, José, ya amigos para siempre, espero no se me olvide ninguno y si es así, que sepa que le llevo en mi corazón y que esto de mencionarle lo puedo corregir... esa es la grandiosidad de los blogs. A Eladio, de Lantadilla, que nos sorprendió con su actuación a lo Antonio Molina, vuelve cuando quieras, amigo. Al Abagón, por su excelente conductor, Mariano, que se contagió del espíritu románico y disfrutó como un niño. A los custodios del románico, que nos facilitaron el acceso a todos lo templos. A la familia San Millán, que siempre estuvieron pendientes del encuentro. A Juan, a María y a su equipo, de la Finca Santa Eufemia, que siempre creyeron en esta auténtica locura. A mi mujer, que empuja como nadie para realizar estas jornadas, a mi hermana, siempre apoyando con enorme entusiasmo, a los que vinieron de Guardo, Isabel, Rubí, Lourdes, Conchi, Mari Paz, José Luis, Aurelia, que creyeron en este encuentro desde su inicio, bueno, Lourdes... de Velilla, no se me vaya a enfadar. A los que por diferentes motivos no pudieron acudir, pero que nos hemos emplazado para la próxima. Y por supuesto... a Cristina Párbole, por su excelente labor y por estar imbuida del auténtico espíritu de lo que yo defiendo en mis publicaciones literarias: "Los conocimientos solo son buenos si se comparten", esto Cristina lo sabe como nadie... y lo hace como nadie, es un auténtico libro abierto por las mejores páginas del románico español. La debo mucho o todo, pues ella si que es la verdadera y auténtica custodia del románico palentino. Este es simplemente un pequeño relato homenaje a mis compañeros de encuentro, de un caluroso día... muy caluroso de junio y no solo en lo climatológico. Gracias y hasta pronto.
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