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Monzón de Campos, un Castillo de fantasía


"Mira, papá, ese castillo es como los que yo dibujo en la escuela". Esto es lo que hace ya algunos años me espetó mi hijo cuando vio por primera vez el "característico semblante del ilustre Castillo de Monzón". Y a mí no me cabe ninguna duda, Monzón de Campos (Palencia) presume de un Castillo que te remonta a las más fantasiosas ensoñaciones de la infancia... "yo también le dibujé así, hijo" -le contesté, mientras él observaba ensimismado la espectacular edificación que se ofrecía a nuestra vista.

El Castillo de Monzón está situado en lo alto de un cerro, muy cercano al municipio. La vista que se obtiene desde sus dominios es absolutamente privilegiada. El estado de conservación es muy bueno, comenzó a restaurarse en el año 1964, reconstruyendo en un primer momento sus almenas. Posteriormente, entre 1966 y 1972, su acondicionamiento, tanto exterior como interior, consiguió una renovación completa del soberbio conjunto histórico. Una vez concluidas las obras, el castillo se convirtió en un singular y excepcional Parador Nacional. Hasta hace muy poco tiempo, el castillo era escenario de todo tipo de banquetes y actividades, sobre todo relacionadas con el ámbito de la hostelería y restauración, algunas de estas, seguramente ambientadas en incontables historias de antaño, renacidas en un nuevo presente... y enmudecidas ahora a intramuros del edificio. Su entorno está perfectamente acondicionado, permitiendo observar la fortaleza con todo detenimiento desde los mismísimos pies de la edificación. Su acceso por carretera desde la localidad permite visitarle sin ninguna dificultad, ofreciendo, como ya hemos descrito anteriormente, unas excepcionales vistas de toda su comarca desde sus murallas exteriores, que se encuentran perfectamente acondicionadas.


"La parte más antigua corresponde a la torre del homenaje, que presenta, en la fachada orientada al interior del recinto, una puerta de acceso elevada, a la que se llega por medio de una pasarela. La portada románica de la puerta de entrada a la planta baja no es original del castillo, corresponde a la desaparecida iglesia de Zenera de Zalima anegada por las aguas del pantano de Aguilar de Campoo. Todo el torreón, construido con muy buena sillería, cuenta con numerosas saeteras a diferentes alturas y en sus cuatro caras, así como un balcón amatacanado situado sobre la entrada elevada. Esta coronado por almenas terminadas en forma piramidal. El recinto que se adosa a la torre es de la primera mitad del siglo XIV, y está construido con mampostería. El acceso al mismo se realiza por medio de un arco apuntado sobre el que figura el escudo de la familia Rojas. En la parte baja de la fachada norte presenta una batería de saeteras", tal como reza la página oficial de Monzón de Campos, donde se detalla además otros puntos de interés del municipio.

Es una lástima que al día de hoy este humilde bloguero no haya podido completar la visita al castillo, y así poder disfrutar plenamente también de su interior, pues, en estos momentos, por razones que cuanto menos yo desconozco, está cerrado... Pero prometo que volveré... sí, volveré cámara fotográfica al hombro y una vez enfocadas en el visor de mi cámara sus nobles dependencias interiores, rendidas ante mis ojos, este blog y sus lectores serán testigos principales de ello.






Galería de fotografías del Castillo de Monzón. Web oficial de Monzón de Campos: http://monzondecampos.es/index.php/multimedia/fotos-del-castillo/

Paseo por el Parque Fuentes Carrionas... escucha a tus sentidos


El parque "Fuentes Carrionas" de Guardo es un lugar auténticamente privilegiado para disfrutar de la naturaleza en su estado más libre, puro y natural. El parque, con sus amplios paseos adoquinados, mece a su vera el Río Carrión, que a su paso por la localidad atravesando de norte a sur la provincia, en busca de la capital, riega con sus cristalinas aguas el corazón de nuestro municipio. En realidad, "Parque y Río" no son dos entes diferenciados como si nada tuvieran que ver el uno con el otro, en Guardo, ambos se unen para dotar de un atractivo y encanto sin igual de enorme belleza natural y visual. Lugar ideal para disfrutar de la lectura, del paseo, del sonido de sus aguas, de la tranquilidad, del aire puro y, a la par, a un tiro de piedra, tienes a tu disposición el centro urbano de la localidad, donde vecinos y visitantes pueden disfrutar de su generosa y variada oferta comercial y gastronómica en sus establecimientos comerciales y hosteleros.

No es lugar para describirlo, pues mis torpes palabras no lo harían justicia. Es lugar para visitar y disfrutar, pero mientras te decides, en este blog, tienes una pequeña muestra fotográfica del lugar y, además, un mapa basado en Google Maps -que puedes ampliar a pantalla completa- con las imágenes que tu retina al paso visualizará.










El Castillo de Fuentes de Valdepero... o el de los Sarmiento, como tú quieras llamarlo.


Siempre he mantenido que una visita a Fuentes de Valdepero y, por consiguiente, a su castillo, es una cita obligada que debe de estar marcada, imprescindiblemente, en la agenda de los amantes del rico patrimonio que ostenta nuestra provincia, Palencia. Pues bien, días antes, había escuchado anunciar la presentación de una exposición de los trajes de la serie televisiva "Isabel", en este lugar, en el mágico Castillo de Fuentes de Valdepero. Y, este evento, me pareció una excelente ocasión para hacer un alto en mi camino, en la ruta que había comenzado con destino a las sorprendentes Iglesias-Catedrales palentinas para acometer dicha visita, endulzando, así, mi vista con tan majestuosa obra.

Qué mejor e incomparable marco para lucir las vestimentas que tan acertadamente, los productores de la serie y la Diputación, han encontrado para dignificar y poner de nuevo en la historia, también televisiva, esta espectacular fortificación. No descubro nada nuevo, si cuento, aquí... mi fijación por este tipo de construcciones, posiblemente sea una afición adquirida en mi infancia... que seguramente algo tenga que ver el añorado juego de construcción de la época: el "Exin Castillos".

Llegar a Fuentes desde la capital es relativamente sencillo. Simplemente tienes que tomar la antigua carretera a "Santander", la nacional 611, dejando a un lado la autopista de la meseta, que es más accesible, pero para otros diferentes menesteres. Lo primero que divisas según llegas a Fuentes, es su magnánima fortificación. Posiblemente, en su época y posteriores, una de las construcciones más importantes de Castilla... que también de León. En Fuentes, su castillo preside el pueblo con semblante orgulloso y señorial. 


Muestro mi interés por la historia de dicha fortificación, lo cual me agrada saber que la Diputación de Palencia organiza unas visitas guiadas, en las que te cuentan con entusiasmo las vicisitudes acontecidas en el tiempo a "intra... o... extramuros" de dicha edificación; que, sin duda alguna, han sido muchas y muy variadas. En este aspecto, hay que decir, que la Diputación ha sido el mayor valedor del edificio en los últimos años, convirtiéndolo recientemente en el Archivo Provincial de la Diputación de Palencia. Su construcción se remonta al siglo XI, o eso dicen -¡ojo!, no el Archivo Provincial, que es bastante más reciente, sino el castillo- . Su denominación más habitual, como Castillo de los Sarmiento, está vinculado precisamente a ese noble linaje, "los Sarmiento", familia poderosa y hacendada, estrechamente ligada a la vecina población palentina de Villarramiel. El castillo es una fuente inagotable de intrigas, asaltos, guerras, escaramuzas, amoríos y todo tipo de eventos de lo más mundano relacionado con sus habituales residentes, los humanos.

La visita guiada es imprescindible, pues, es un placer trasladarte a otros tiempos, recorriendo sobre sus muros las mil y una batallas que te cuentan... y no te digo nada... sobre las leyendas que corren  al más puro estilo de "Camelot y su Rey Arturo"... que también tiene. Contemplar el "Archivo Provincial" desde lo más alto, a la par que te imaginas el Palacio interior que otrora ocupó su lugar, es un regalo para la posterioridad. Y es una divinidad observar desde sus imponentes torreones, todo el municipio, deleitando el sentido de la vista con la inmensa llanura -salvando algún que otro hermoso cerro que se observa desde su alto- que lo rodea. Para también, desde la misma altura, comprender por qué en la zona más alta del pueblo, luce orgullosa su iglesia parroquial: Nuestra Señora de la Antigua, llamada por los parroquianos simplemente como "La Antigua". Ya en las entrañas de la localidad, según te vas perdiendo por sus calles, se conjuga a la perfección las edificaciones modernas -florecientes al alfoz de la proximidad con la capital- y las sobrias casas de estas tierras palentinas; respiras un aire puro, nuevo y orgulloso, de sus gentes, de su historia y sobre todo de su más emblemática construcción: el Castillo de los Sarmiento... que hay más que ver, no te vayas tú a creer que no, pero hoy no toca.


Y como anécdota final curiosa y vinculada a la más reciente historia palentina, también, los "Alba" algo tienen que ver con el castillo, no solamente porque en alguna época fueron dueños de él, sino por su auténtico actual sabor palentino, con lo que, curiosamente, todo vuelve a poner el foco en la provincia palentina, digo yo que, algo... será por Alfonso Díez, cónyuge actual de nuestra querida duquesa, que para eso es de la tierra... Lo demás... que te lo cuenten a intramuros en tan especial y mágico lugar y si no puedes y buscas excusas varias para no acercarte al lugar, también tienes a san Google, que todo lo sabe... a veces. Lo siento, de verdad, ¿ves cómo al final me he extendido más de lo que quería?







Fotos tratadas y de cosecha propia, si te gusta puedes copiar lo que te de la gana.

Caminante no hay camino... solo si no se quiere volver a andar...



Caminante no hay camino, se hace camino al andar. Qué gran verdad, que el poeta sevillano, Antonio Machado, nos dejó en la mochila y, sin duda alguna, con la lección bien aprendida si lees con atención toda su excepcional poesía. En Támara de Campos, el caminante hace camino... pero camino de verdad. En estos lugares "terracampinos", ya con solo divisar su bello perfil en la lejanía, comprendes que el hombre ha cultivado en estas sobrias tierras palentinas uno de sus mayores exponentes creativos: la arquitectura; pues a la vista de estas auténticas maravillas, así queda patente. Al observar tan esbelta "Moza", no puedes, entre otras asombrosas sensaciones, quitar un instante la vista de tan singular edificación, un patrimonio cultural de incalculable valor esmeradamente conservado y cuidado por los hombres y mujeres de hoy. Una delicia para los sentidos más emotivos... hasta en el olfato percibes el aroma de la grandiosidad de este templo, "La Moza de Campos" preside majestuosamente este pueblo palentino. Su torre es grandiosa, pero no menos que todo su conjunto arquitectónico.


La Iglesia de Támara de Campos, San Hipólito el Real, tiene dimensiones catedralicias. "Consta de tres naves con falso crucero, un coro de estilo gótico y un prodigioso órgano sobre una singular columna de madera, al estilo del más puro y noble mármol labrado para ensalzar su belleza, que es una auténtica joya patrimonial".

Su interior te envuelve en otros tiempos. Deja al descubierto el lado más espiritual del visitante. Enardece los sentidos más humano de sus gentes. El silencio en su interior es penetrante, es tan intenso que se palpa el singular eco de tu propia respiración. En conclusión, una joya arquitectónica en pleno corazón de la "Tierra de Campos Palentina", es digna de las mayores admiraciones en todo su entorno... con el permiso de sus pueblos vecinos, que no le van a la zaga.

#Palencia, un gran museo al aire libre.







Iglesia-Catedral de Santoyo, la "Noble Villana" que me partió el corazón


El día anterior, había estado visitando la espectacular Iglesia-Catedral de San Hipólito el Real, en Támara de Campos, sorprendente edificación eclesiástica que a la vista de su extraordinaria y sublime elegancia arquitectónica inmediatamente me conquistó. Pero, en este sentido, no fue hasta la llegada de nuevo a mi punto de origen, después de un gratificante viaje a la localidad de Támara y, por supuesto, con anterioridad a mi visita al terracampino pueblo de Santoyo, cuando escuché por primera vez una referencia sobre la excepcional Iglesia-Catedral de la que bien pueden presumir todos y cada uno de mis buenos amigos santoyanos. Tengo que decir como aclaración en este sentido, que, en este caso, de boca de uno de su más entusiastas y vigorosos valedores, mi buen amigo Txomin, es poco decir que se deshacía en halagos cuando me describía con gran entusiasmo esta monumental obra. Pero sus "objetivas" alusiones, basadas en la espectacularidad de dicho templo, y el hecho de que mi buen amigo sea santoyano, no le resta absolutamente ningún valor a las entusiasmadas palabras pronunciadas por él en alusión a esta bella obra de nuestro patrimonio arquitectónico; la cual está datado su inicio de construcción en el siglo XII, sobre la planta románica de una iglesia anterior en pleno auge del románico palentino más espectacular.

- Pero ¿cómo que has estado en Támara... y nos te has acercado hasta Santoyo? "Válgame el Señor", si espectacular es la Iglesia de San Hipólito el Real... más o... bueno... cuanto menos, igual, es la de mi pueblo, Santoyo - Sentenció. Cualquiera contradecía a mi buen amigo. Además, quién mejor que él para conocer el magnífico patrimonio palentino, y no solo el eclesiástico. Yo no iba a ser en ese momento quién lo pusiera en duda.

Ni corto ni perezoso, a la tarde siguiente, me dispuse de nuevo a re-andar el camino del día anterior. A mi llegada de nuevo a Támara de Campos, desde la carretera, pude observar una y otra vez su impresionante Iglesia. Ahí seguía, como si hubiese hecho un pacto con el tiempo, más de setecientos años después, seguía luciendo con todo esplendor ante el caluroso día de un ya tardío verano. De cuántas historias habrán sido testigos sus impávidas paredes. Cuántos corazones habrá conquistado su esbelta y a la par elegante torre, no pude más que pensar en ello.


Unos pocos kilómetros más, dirección oriental, y Santoyo estaba ya a mi vista. Y ahí apareció, en pleno corazón de la localidad. Me deslumbró a primera vista, majestuosa, parecía anclada en el tiempo, y aún padeciendo el resplandor del brillante y soberbio sol del verano terracampino. Sobria y a la vez elegante, mezcla en su seno todos los estilos arquitectónicos y artísticos de épocas más señoriales, así, sin más. De proporciones majestuosas, casi catedralicias. Hermana pequeña de nuestras más queridas y esplendorosas catedrales, que nuestra querida y extensa comunidad autónoma, Castilla y León, tiene repartidas por toda su geografía territorial. Bella, sin duda alguna, y esta si que auténticamente desconocida... cuanto menos, para mí. Como no soy especialista en arte, menos aún en patrimonio y, además soy... un poquito parco en historia, llevaba mi propia chuleta con las referencias sobre esta iglesia, en el móvil, claro, y en "pdf", de la web del Excelentísimo Ayuntamiento de Santoyo, para así no perderme ni un solo detalle de la ya denominada para siempre por los lugareños como: "la Noble Villana":

"Torre almenada, coloso en vigía; de transición, finales del s. XJII. Planta románica de la primitiva iglesia, tardío s. XII, con bóveda de un sencillo gótico del s. XVI. Gótica ampliación, esbeltas columnas apalmeradas entretejen sus ramos en el cielo. Capillas extremas del crucero, de Juan D’Arce. Capilla mayor absidal, de Martín de Solórzano, del gótico florido burgalés, s. XV; planta endecagonal y bóveda estrellada; atrevida, delicada, espléndida, maravillosa, embelesa. El pórtico del Patriarca, filigrana plateresca en piedra, traza de Diego de Siloé y ejecución de Juan García y Juan González. Monumental Retablo Mayor, renacentista con incipiente y discreta influencia barroca, obra de Manuel Álvarez, Juan Ortiz y Mateo Lancrín que lo tallaron por terceras partes; y la pintura, el dorado y el estofado de Jerónimo Vázquez, Ángela de Barreda, Miguel de Barreda y Antón Calvo".


Pero si por fuera este templo impresiona, espera a adentrarte en sus entrañas. Lo primero que de mi enmudecida boca -hasta ese momento- salió, fue un auténtico y virtuosos sonido de exclamación, para inmediatamente continuar con un  ¡buffff...!, de asombro, claro está. Su silencio... te engulle... te deja sin palabras. En primer plano, luce orgulloso un impresionante órgano, magistral, barroco para más señas, según rezaba en la web que iba consultando. Y si, mientras observas atónito dicha pieza... empiezan a sonar en tu interior las notas más bellas de cualquier melodía, imaginando los excelentes conciertos que en ella se ofrecen, giras esféricamente tu ya sorprendida vista levantando ligeramente tu cabeza hacia la bóveda... tendrás ante tus ojos... prácticamente el cielo recubierto de belleza arquitectónica sin parangón... y cómo no, si aún te queda capacidad de sorpresa, observa, aunque estés todavía incomprensiblemente ensimismado... su  majestuoso retablo, que es sublime y del más puro estilo renacentista. ¿Echas de menos las fotos del interior? Lo siento... no te dejan.

Sí Támara de Campos y su Iglesia me robaron el corazón... la Iglesia-Catedral de San Juan Bautista de Santoyo me dejó el corazón partido.

Fotos del interior: http://santoyo.es/index.php/multimedia/fotos-iglesia-de-san-juan-bautista/






Fotografías propias previamente retocadas
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