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Iglesia-Catedral de Santoyo, la "Noble Villana" que me partió el corazón


El día anterior, había estado visitando la espectacular Iglesia-Catedral de San Hipólito el Real, en Támara de Campos, sorprendente edificación eclesiástica que a la vista de su extraordinaria y sublime elegancia arquitectónica inmediatamente me conquistó. Pero, en este sentido, no fue hasta la llegada de nuevo a mi punto de origen, después de un gratificante viaje a la localidad de Támara y, por supuesto, con anterioridad a mi visita al terracampino pueblo de Santoyo, cuando escuché por primera vez una referencia sobre la excepcional Iglesia-Catedral de la que bien pueden presumir todos y cada uno de mis buenos amigos santoyanos. Tengo que decir como aclaración en este sentido, que, en este caso, de boca de uno de su más entusiastas y vigorosos valedores, mi buen amigo Txomin, es poco decir que se deshacía en halagos cuando me describía con gran entusiasmo esta monumental obra. Pero sus "objetivas" alusiones, basadas en la espectacularidad de dicho templo, y el hecho de que mi buen amigo sea santoyano, no le resta absolutamente ningún valor a las entusiasmadas palabras pronunciadas por él en alusión a esta bella obra de nuestro patrimonio arquitectónico; la cual está datado su inicio de construcción en el siglo XII, sobre la planta románica de una iglesia anterior en pleno auge del románico palentino más espectacular.

- Pero ¿cómo que has estado en Támara... y nos te has acercado hasta Santoyo? "Válgame el Señor", si espectacular es la Iglesia de San Hipólito el Real... más o... bueno... cuanto menos, igual, es la de mi pueblo, Santoyo - Sentenció. Cualquiera contradecía a mi buen amigo. Además, quién mejor que él para conocer el magnífico patrimonio palentino, y no solo el eclesiástico. Yo no iba a ser en ese momento quién lo pusiera en duda.

Ni corto ni perezoso, a la tarde siguiente, me dispuse de nuevo a re-andar el camino del día anterior. A mi llegada de nuevo a Támara de Campos, desde la carretera, pude observar una y otra vez su impresionante Iglesia. Ahí seguía, como si hubiese hecho un pacto con el tiempo, más de setecientos años después, seguía luciendo con todo esplendor ante el caluroso día de un ya tardío verano. De cuántas historias habrán sido testigos sus impávidas paredes. Cuántos corazones habrá conquistado su esbelta y a la par elegante torre, no pude más que pensar en ello.


Unos pocos kilómetros más, dirección oriental, y Santoyo estaba ya a mi vista. Y ahí apareció, en pleno corazón de la localidad. Me deslumbró a primera vista, majestuosa, parecía anclada en el tiempo, y aún padeciendo el resplandor del brillante y soberbio sol del verano terracampino. Sobria y a la vez elegante, mezcla en su seno todos los estilos arquitectónicos y artísticos de épocas más señoriales, así, sin más. De proporciones majestuosas, casi catedralicias. Hermana pequeña de nuestras más queridas y esplendorosas catedrales, que nuestra querida y extensa comunidad autónoma, Castilla y León, tiene repartidas por toda su geografía territorial. Bella, sin duda alguna, y esta si que auténticamente desconocida... cuanto menos, para mí. Como no soy especialista en arte, menos aún en patrimonio y, además soy... un poquito parco en historia, llevaba mi propia chuleta con las referencias sobre esta iglesia, en el móvil, claro, y en "pdf", de la web del Excelentísimo Ayuntamiento de Santoyo, para así no perderme ni un solo detalle de la ya denominada para siempre por los lugareños como: "la Noble Villana":

"Torre almenada, coloso en vigía; de transición, finales del s. XJII. Planta románica de la primitiva iglesia, tardío s. XII, con bóveda de un sencillo gótico del s. XVI. Gótica ampliación, esbeltas columnas apalmeradas entretejen sus ramos en el cielo. Capillas extremas del crucero, de Juan D’Arce. Capilla mayor absidal, de Martín de Solórzano, del gótico florido burgalés, s. XV; planta endecagonal y bóveda estrellada; atrevida, delicada, espléndida, maravillosa, embelesa. El pórtico del Patriarca, filigrana plateresca en piedra, traza de Diego de Siloé y ejecución de Juan García y Juan González. Monumental Retablo Mayor, renacentista con incipiente y discreta influencia barroca, obra de Manuel Álvarez, Juan Ortiz y Mateo Lancrín que lo tallaron por terceras partes; y la pintura, el dorado y el estofado de Jerónimo Vázquez, Ángela de Barreda, Miguel de Barreda y Antón Calvo".


Pero si por fuera este templo impresiona, espera a adentrarte en sus entrañas. Lo primero que de mi enmudecida boca -hasta ese momento- salió, fue un auténtico y virtuosos sonido de exclamación, para inmediatamente continuar con un  ¡buffff...!, de asombro, claro está. Su silencio... te engulle... te deja sin palabras. En primer plano, luce orgulloso un impresionante órgano, magistral, barroco para más señas, según rezaba en la web que iba consultando. Y si, mientras observas atónito dicha pieza... empiezan a sonar en tu interior las notas más bellas de cualquier melodía, imaginando los excelentes conciertos que en ella se ofrecen, giras esféricamente tu ya sorprendida vista levantando ligeramente tu cabeza hacia la bóveda... tendrás ante tus ojos... prácticamente el cielo recubierto de belleza arquitectónica sin parangón... y cómo no, si aún te queda capacidad de sorpresa, observa, aunque estés todavía incomprensiblemente ensimismado... su  majestuoso retablo, que es sublime y del más puro estilo renacentista. ¿Echas de menos las fotos del interior? Lo siento... no te dejan.

Sí Támara de Campos y su Iglesia me robaron el corazón... la Iglesia-Catedral de San Juan Bautista de Santoyo me dejó el corazón partido.

Fotos del interior: http://santoyo.es/index.php/multimedia/fotos-iglesia-de-san-juan-bautista/






Fotografías propias previamente retocadas
Mi blog de fotografía: 

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