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Visitar un pueblo de menos de 50 habitantes y encontrar en el interior de su iglesia parroquial un órgano, en perfecto estado de conservación, del que suena música celestial, es todo un lujo... difícil de describir, y un honor especial... difícil de olvidar para este humilde bloguero. Pero si, además de descubrir un nuevo e inolvidable lugar, te dejas perder tranquilamente por las calles -mochila y cámara al hombro- en esta localidad cargada de historia de imponente legado patrimonial, entonces ya no tienes ninguna duda y reconoces a la primera, y no solamente por el letrero anunciador, que es el pueblo del que con tanto entusiasmo te ha hablado una buena amiga. A la par, unos segundos después... completas la increíble sensación de que estás en un lugar dotado de un encanto especial.
A Isabel de la Torre la conozco de toda la vida... de mi pueblo natal, Guardo. Cuanto menos, de vista, como se suele decir por aquí. Y también, por referencias... excelentes referencias. Su dedicación a la docencia en el Colegio del Otero le han otorgado un bagaje profesional difícil de superar. Me consta que ha sido una maestra inolvidable para muchos de los alumnos que han pasado por tan insigne colegio Guardense.
La primera ocasión que tuvimos "Isabel y un servidor" de entablar una animada conversación, fue, curiosamente, gracias a la mutua afición por los grupos dedicados al arte y a la cultura que hoy tanto proliferan en las redes sociales. Aunque la conocía de "vista"... una lástima, pues, en ese mismo momento fui consciente que había perdido la oportunidad de aprender, de primera mano, sus extraordinarios conocimientos sobre su querido pueblo: Abarca de Campos. Charlamos durante un buen rato de nuestra provincia y sobre el concurso que a través de la red social Facebook este bloguero había organizado y cuyo premio era uno de mis libros: "En la red está tu oportunidad"... Cómo no, la ganadora fue... precisamente... ella, casualidades de la vida. Cuando se lo entregué, descubrí que era originaria de Abarca de Campos, la verdad... fue sencillo de deducir... por la gran pasión que ponía al hablar de su pueblo natal.
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Pero en sus impecables explicaciones... se quedó corta... Abarca es una auténtica delicia para los amantes del patrimonio, pues conjuga en su privilegiado entorno una serie de factores que en pocas localidades se dan: Patrimonio Artístico y Cultural, Canal de Castilla y... la presencia de Francis Chapelet, mecenas de los órganos de Tierra de Campos. En esta tierra castellana, Chapelet tiene su segunda morada.
Cuando este fascinante francés llegó a estos lares y descubrió los impresionantes órganos que lucen nuestras iglesias, se quedó prendado de ellos... y por lo que parece, también de la belleza del paisaje que ofrecen estos rincones castellanos de tanto encanto. Desde el primer momento, Francis Chapelet mostró su gran altruismo y solidaridad por el patrimonio palentino. Nada más llegar a la provincia y descubrir el órgano que "lucía" -en un estado un poco cochambroso- una de nuestras espléndidas iglesias, entonces le comentó al cura de la localidad:
-¿y... ese órgano?
-Na, eso no funciona... ahí está, ocupando lugar en el coro- le respondió el párroco de la localidad.
-Si usted me lo permite... yo lo puedo restaurar y poner en funcionamiento- le contestó un entusiasmado Chapelet.
No lo dudó ni un momento... y así comenzó todo. Más de cincuenta años después, Chapelet, la música celestial palentina y sus virtuosos sonidos están engarzados ya para siempre en esta bella tierra de contrastes, señora del verde y amarillo terracampino... dichas melodías se lo deben todo a él, que nadie lo ponga en duda. (Ver vídeo del órgano al final del artículo)
Cuando este fascinante francés llegó a estos lares y descubrió los impresionantes órganos que lucen nuestras iglesias, se quedó prendado de ellos... y por lo que parece, también de la belleza del paisaje que ofrecen estos rincones castellanos de tanto encanto. Desde el primer momento, Francis Chapelet mostró su gran altruismo y solidaridad por el patrimonio palentino. Nada más llegar a la provincia y descubrir el órgano que "lucía" -en un estado un poco cochambroso- una de nuestras espléndidas iglesias, entonces le comentó al cura de la localidad:
-¿y... ese órgano?
-Na, eso no funciona... ahí está, ocupando lugar en el coro- le respondió el párroco de la localidad.
-Si usted me lo permite... yo lo puedo restaurar y poner en funcionamiento- le contestó un entusiasmado Chapelet.
No lo dudó ni un momento... y así comenzó todo. Más de cincuenta años después, Chapelet, la música celestial palentina y sus virtuosos sonidos están engarzados ya para siempre en esta bella tierra de contrastes, señora del verde y amarillo terracampino... dichas melodías se lo deben todo a él, que nadie lo ponga en duda. (Ver vídeo del órgano al final del artículo)
Abarca advoca su iglesia parroquial a San Sebastián. Su reconstrucción está datada en la segunda mitad de la décimo octava centuria. Su estilo arquitectónico está clasificado como mudéjar, así se constata a plena vista de su torre campanario. Su torre fue construida unos siglos antes, como era bastante habitual en los lugares que ya contaban con templos de una datación muy anterior, seguramente de la época del románico. Su órgano es de estilo barroco, fabricado en 1778 por Tadeo Ortega. La iglesia está declarada "Bien de Interés Cultural" y es "Monumento Histórico-Artístico" desde 1992, bien lo merece. Pero no solo su iglesia es digna de ser visitada, asimismo, a escasos metros de esta, no puedes perderte uno de los patrimonios de mayor excelencia e importantes que ostentan buena parte de los pueblos de la provincia palentina... en esta ocasión, dicho motivo se pasea discretamente por esta localidad terracampina atravesando su flanco norte de este a oeste: el imponente Canal de Castilla; poco más hay que decir, con el adjetivo ya está todo dicho.
En este caso, el sueño por excelencia de la ilustración española no quiso perderse, a su paso por Abarca de Campos, escucharsu maravilloso órgano... sigilosamente... para así atrapar entre sus aguas los latidos del enorme corazón de la Tierra de Campos Palentina, por ello, sus tranquilas aguas decidieron bañar, a prudencial distancia del templo, las fértiles tierras de este bello lugar castellano, y... como si de un espejo de vida y fertilidad se tratara... la esbelta torre de la Iglesia de San Sebastián, en ellas, intenta a cada día con esmerado esfuerzo dibujar y perfilar sobre estas... su reflejo, no sé si lo consigue, pero intención no la falta...
En este caso, el sueño por excelencia de la ilustración española no quiso perderse, a su paso por Abarca de Campos, escucharsu maravilloso órgano... sigilosamente... para así atrapar entre sus aguas los latidos del enorme corazón de la Tierra de Campos Palentina, por ello, sus tranquilas aguas decidieron bañar, a prudencial distancia del templo, las fértiles tierras de este bello lugar castellano, y... como si de un espejo de vida y fertilidad se tratara... la esbelta torre de la Iglesia de San Sebastián, en ellas, intenta a cada día con esmerado esfuerzo dibujar y perfilar sobre estas... su reflejo, no sé si lo consigue, pero intención no la falta...
Abarca cuenta con esclusa, la primera del ramal de Campos y la única en varios kilómetros del recorrido terracampino. Su antigua fábrica de harinas, que años atrás quiso ser un Centro de Arte Contemporáneo de referencia en la zona, está situada al pie de este emblemático elemento arquitectónico del Canal, servía a las embarcaciones para salvar los desniveles del terreno. Dicha fábrica fue una de las más importantes de la comarca; en épocas, el trasiego de embarcaciones, empujadas por animales de arrastre y cargadas con el trigo de los campos castellanos, era continuo. Hoy, a pesar de sus entusiasmados proyectos, está cerrada a cal y canto esperando mejores tiempos.
Desde el acueducto de triple y acicalados ojos, que salva las aguas del río Valdeginate a su paso por el punto cardinal nororiental de la localidad, se obtienen unas excelentes fotografías del Canal y de la Iglesia del municipio, la simbiosis natural entre ambos, intenta jugar con ellos buscando la mejor sintonía. La tranquilidad que impera y respiras desde dicho lugar... es sublime... pero, solo, hasta que escuchas de nuevo las melodías que salen de su órgano barroco. En ese momento de paz y espiritualidad, las aguas del Canal bailan al son de las notas emanadas del magistral instrumento y de los ecos del viento que llegan melodiosos desde las lejanas tierras montañosas del norte palentino, que si tienes suerte y el día se conjura para ello, consigues vislumbrarlas con indescriptible majestuosidad, desde estas tierras sureñas de la provincia de Palencia.
#Palencia, un gran museo al aire libre.
#Palencia, un gran museo al aire libre.
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Ver vídeo del interior de la iglesia y su órgano barroco:
Fotografías propias previamente retocadas
Mi blog de fotografía:
Web de la Fundación Francis Chapelet: http://www.fundacionfrancischapelet.com/Gracias Manolo de Villarramiel por tu colaboración. Enhorabuena por tu música.
1 comentarios:
Me ha encantado tu post, mi padre nació en Abarca y de niño he pasado grandes veranos allí. Sin ir mas lejos mi padre es primo de Isabel. Para mi es un pueblo precioso y muy especial. Mi más sincera enhorabuena por este reportaje.
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