Llegar a Villalcázar de Sirga y quedarte completamente estupefacto nada más vislumbrar el impresionante templo de Santa María la Blanca, edificación que preside el corazón de esta localidad terracampina, es una sensación de la que es imposible desprenderse durante mucho, pero que mucho tiempo, te lo aseguro. Es uno de los templos más emblemáticos y soberbios que presenta el recorrido del Camino de Santiago a su paso por Palencia.
Villasirga es un lugar especial dentro del santo itinerario del Apóstol. Flanqueado por las insignes localidades de Frómista y Carrión de los Condes, Villasirga es un oasis patrimonial, "a caballo" de estos pueblos del santo camino, auténticas referencias peregrinal de la senda que lleva a Compostela.
En este capítulo, no voy a extenderme enumerando la infinidad de detalles arquitectónicos que custodia dicho templo, entre otras cosas porque no soy especialista en dichas lides. Lo he escrito en múltiples ocasiones, tan noble actividad no es mi misión, ni el objetivo primordial de esta publicación. Mi motivación principal es simplemente escuchar, con prudente atención lo que otros me cuentan, mientras cámara fotográfica en mano intento plasmar "con la mirada en el tiempo" (mi blog fotográfico) a través del visor de mi cámara cualquier espectacular lugar. Eso sí, siempre con mi propia peculiaridad y sin ánimo de crear controversia, ya sabes, con mi propio estilo.
La iglesia de Villalcázar fue declarada Monumento Nacional en 1919. A su vez, está catalogada como BIC (Bien de Interés Cultural), merecidos galardones que ya le van quedando pequeños, pues desde mi humilde opinión esta edificación es de valor incalculable y llamada a ostentar, en un futuro próximo, grandes reconocimientos y nuevos galardones en este aspecto, y si no, al tiempo. A primera vista, nada más aproximarse al pórtico de entrada principal, impresiona la monumental fachada. Este pórtico detalla espectaculares motivos escultóricos sobre el doble friso que corona su puerta de entrada, con la imagen de su Virgen y escenas de la Epifanía, Anunciación y Adoración; en el superior, no falta el labrado del Pantocrátor y Tetramorfos junto con un incompleto Apostolado. La construcción se realizó bajo la dirección de los monjes de la Orden del Temple y con su aporte económico. Se inició a finales del siglo XII, impregnando en sus primeros remates un estilo propio del tardorrománico. Si te fijas con detalle, apreciarás como los canteros encargados de la obra van transicionando y aplican un prematuro gótico al grueso de la edificación, también denominado como protogótico. Su historia se constata de la ingente documentación que aporta la iglesia a estudiosos y expertos en arte del medievo, desgranando gran parte del legado de esta impresionante iglesia.
La soberbia construcción se dilató durante noventa y nueve años, según me aporta el párroco local, don Jesús. Este sacerdote, amablemente y previo pago de entrada, te explica con todo lujo de detalle las excelencias del templo, así como las innumerables vicisitudes acontecidas durante los ochocientos años de existencia de tan magnánimo edificio. Don Jesús, visiblemente emocionado y haciendo honor a su auto encomendada y digna tarea de dar a conocer este impresionante legado patrimonial, centra sus palabras, y a ser posible tu atención, en el apasionante relato que con elocuente entusiasmo narra magistralmente, dedicando las primeras palabras de su explicación a la exaltación que el rey, Alfonso X el Sabio, otorgó a este lugar y a su Virgen en la composición de varias de sus más conocidas Cantigas, las denominadas de Santa María (las Cantigas del rey fueron un premonitorio "reclamo turístico" para Villasirga, camino de peregrinos a día de hoy, convirtiendo este santo edificio en uno de los templos de mayor peregrinación de la ruta jacobina).
El cura, a su vez, pone todo su empeño en señalar los más de trescientos soberbios capiteles que porta la iglesia. No se le escapa indicarte que centres tu atención en el extraordinario Altar Mayor -presidido por la Virgen Blanca- que ostenta excepcionales obras de arte, parte de él fue tallado por el escultor Manuel Álvarez. Y te insiste de nuevo en que prestes atención a la capilla que acoge los sepulcros del infante Felipe de Castilla, el de una de sus esposas, sin tener aún claro cuál de ellas, y el de un Gran Caballero de la Orden de Santiago.
Todo este relato lo pude escuchar de su propia voz, no puedo estarle más agradecido, pues su buena acogida y excelsas explicaciones han hecho posible conocer mejor este grandioso templo palentino. Y si además de escuchar, quieres ver, no tienes más que accionar el automatismo, que lleva integrado caja registradora de euro, para encender las luces, tanto del Altar Mayor, como de la capilla que aloja dichos sepulcros, que si no... ni lo hueles. Pero no me mal interpretes, iniciativa que apruebo sin ningún género de duda ni reparo. En absoluto me importaría que se hiciera extensivo a otros lugares de la provincia con el fin de poner en valor y garantizar el mantenimiento y conservación de tan impresionante patrimonio. Y para finalizar, no quiero olvidarme de mi buen amigo Carlos Vecilla, amante de la arquitectura en general y del patrimonio del medievo en particular. Ama este templo como nadie, sus enseñanzas han sido para mí un buen ejemplo a seguir, tanto, que nunca podré olvidarlas.
#Palencia, un gran museo al aire libre.
Capilla de los sepulcros. Foto Recreación |
Sepulcro. Interior del Templo |
Altar. Interior del Templo |
Interior del Templo |
Interior del Templo |
Panorámica de la Iglesia de Santa María la Blanca |
Panorámica Capilla de los sepulcros. Foto Recreación |
Fotografías propias previamente retocadas
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