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Palencia, camino del más bello románico (VII). Guardo, el secreto mejor guardado

Pila bautismal vista desde la capilla de los Enriquez
"Guardo no tiene historia". Esta afirmación, yo, personalmente, estaba harto de escucharla y en ocasiones de gente de cierto abolengo cultural, no te vayas tú a creer que no. Y lo peor de todo, es que casi yo mismo terminé convencido de ello... hasta que descubrí, casi por casualidad, el ingente trabajo de documentación histórico realizado sobre mi querido pueblo, Guardo, por el padre Quirino Fernández Fernández y que posteriormente fue continuado magistralmente por el ilustre escritor palentino, Jaime García Reyero. Historia local desconocida hasta entonces que, Don Quirino, dejó perfectamente plasmada en su excepcional obra: "El Señorío de Guardo". Este libro es un legado literario impresionante e imprescindible en la estantería de los Guardenses, que ostenta un gran valor documental y... sentimental. Además, está conjugado con una minuciosa tarea de búsqueda de documentación sobre la Villa desgranada de diferentes archivos nacionales. Hay que decir en su valor que, hasta hoy, esta enorme labor... nadie la ha podido superar.

Los Guardenses mucho tenemos que agradecer a este ilustre sacerdote, perteneciente a la orden de San Agustín, sí, mucho le debemos, sin ninguna duda. Hombre de Dios que a pesar de no ser de Guardo -aunque muy ligado a nuestro pueblo por vínculo a su hermano el médico, Don Emilio, a quién debemos también de agradecer su insistencia para que realizara este ingente trabajo-, narró con letras de oro y muy brillantemente la historia de nuestro pueblo allá por los años setenta. Por desgracia, el padre Quirino murió joven, a principios de los ochenta y según he podido saber, cuando nos dejó, estaba trabajando en un segundo libro sobre Guardo, obra que con seguridad completaría el relato de nuestra larga y viva historia, que además, con seguridad, nos desvelaría alguna de las incógnitas de eventos y avatares pendientes de desgranar, sucedidos a lo largo de este último milenio. Nuevas historias y leyendas que se fueron con él, relatos que quedaron enmudecidos para siempre en el tintero de su humilde escritorio, repletas de letras perdidas, inconclusas y aturdidas por su ausencia, que seguramente hubieran glorificado aún más esta noble y bella tierra. En este aspecto, puedo asegurar que su obra está a buen recaudo, y sus inconclusos párrafos, recogidos en los legajos y manuscritos que dejó a la vera de su lecho, hoy, seguramente, perfectamente custodiados por sus comunitarios hermanos.

Pero hablemos del románico, pues en esta sección es el tema principal que nos ocupa. Guardo cuenta con un importante patrimonio artístico, principalmente significado en nuestra Iglesia de San Juan. Tal vez, no sé si el más importante del municipio, pero para muchos de los guardenses, si el más emotivo. Yo tengo especial predilección por este templo, posiblemente debido al influjo que insufló sobre mí... haber nacido a escasos metros de esta iglesia y, por extensión, haber sido bautizado sobre la poderosa roca, hoy convertida en pila bautismal, que ostenta la iglesia de San Juan y que forma parte de este excepcional legado.

Primer plano, talla de San Antonio de Padua, al fondo la pila
Sí, es verdad que la historia debe de basarse en datos objetivos y a su vez debe de estar minuciosamente documentada, no soy nadie para ponerlo en duda. Incluso, entiendo perfectamente a los eruditos que no admiten una mínima licencia a la improvisación y defienden que los excesos literarios, sobre el manuscrito ya convertido a obra contextual, es para otro tipo de narraciones, vamos, qué decir... un dogma de fe... licencias, las mínimas. Yo soy de estos últimos -no de los eruditos, sino más bien de los del exceso literario-, de los que creen que historia y literatura aún tienen mucho recorrido juntos por hacer; es decir, que van de la mano. De los que piensan, por si alguien lo dudaba, que una bonita historia se puede construir sobre cimientos de realidad y ficción todavía inconclusos. Permíteme la licencia de este exceso. Es verdad que la historia puede formar parte de lo más recóndito de nuestros sentimientos, de nuestra propia fantasía y de nuestro intrínseco deseo de soñar... de cómo nos habría gustado que esta hubiera sido...

Posiblemente, la actual iglesia de San Juan se construyó sobre otro templo eclesiástico mucho más antiguo, de ser así, seguramente sobre una construcción de la época más genuinamente denominada como románica en tiempos en los que brotaron significativas obras, principalmente eclesiásticas, por toda la provincia. Hoy, no hay ningún vestigio románico que atestigüe este extremo, pues la actual iglesia guardense que preside el cerro del Otero data del siglo XVI. Magnífico templo al que, unos años después, se le añade la hermosa torre de piedra en mampostería que actualmente luce adosada a esta, concretamente en el año 1761, Tiempos aquellos... esplendorosos para la localidad, en los que el licenciado Don Francisco Diaz-Santos de Bullón, Obispo de Barcelona, Señor de Sigüenza y sobre todo guardense de pura cepa, ordena construir, también, en su interior la coqueta y recogida capilla de los Enriquez; (precursor a su vez de la la "Casa Grande", edificio emblemático donde los haya, que antes de ser reconvertido para diferentes usos, escondía en su interior obras de incalculable valor, cuanto menos en el sentido sentimental para todos los guardenses, algunas de ellas, hoy... en tierras de la vecina Asturias). Pero no nos desviemos del tema... ahí vamos...  al románico, pues en ello estamos, Guardo acoge en el seno de su más emblemática iglesia algunos de los "secretos", en mi opinión, mejor guardados: la pila bautismal románica, orgullosa luce y custodia de semblante altivo del altar y la capilla de los Enriquez, sabedora de su prominente legado... este es uno de ellos. Y Llegado a este punto, te preguntarás... ¿y el resto? Ya llegará el momento.

Plano general altar mayor
Juan el cantero

"Juan, el cantero, aquel día se despertó realmente angustiado a causa del sombrío sueño que durante aquella interminable noche de invierno le había consternado terriblemente . Las pesadillas habían vuelto de nuevo. La noche se hacía larga, no conseguía conciliar el sueño. La inquietud o tal vez también la presión que recibía de Don Ignacio, que le acuciaba el día reprochándole continuadamente su inconcluso trabajo, no le dejaba descansar adecuadamente. Un extraño temor le obligaba a levantarse como "sonámbulo en vida" en varias ocasiones. Desde el ventanuco de su pequeño cuarto, pudo observar como poco a poco la nieve iba cubriendo cuan inmaculado manto blanco la callejuela que finalizaba en la pequeña iglesia, temía que el peso acabara con la recién estrenada techumbre del templo, que el cerro acogía. Previamente, el día había sido duro, la cantería no pasaba por sus mejores momentos. Le inundaban los recuerdos, pero en ese momento solo le importaba acabar el único trabajo que le ocupaba. Aún recordaba perfectamente las terrible pesadillas que en dicha ensoñación había sufrido, estaba convencido de que era un inquietante presagio. Los delirios padecidos durante la noche, donde su vida se veía acechada por una muerte terriblemente dramática, le atormentaban hasta límites insospechados. Intentó relajarse y perjuró finalizar el trabajo. Contuvo su mirada perdida sobre las grietas que su vetusto cincel provocaba cuando profundizaba en la rocosa piedra. Sus ojos se acristalaban, mientras con mano temblorosa  labraba, a golpe de martillo, aquella enorme roca que meses antes don Ignacio, el clérigo, le había encargado tallar para su nueva iglesia, con el fin de ofrecer el culto del bautismo a los neonatos de la comarca. Atemorizado ante las figuras que aparecían bajo el duro canto tallado, volvían a su mente aterradoras imágenes del enorme ser que descargaba toda su furia sobre su espantado e inerte cuerpo, despojado en el sombrío suelo. A su vez, observada el delirio de aquellas siniestras bestias que lanzaban su ira sobre los infantes del lugar, mientras aquellas mujeres de gesto inconmovible y obsceno, que aturdían su pensamiento, huían aterradas para resguardarse bajo los arcos amurallados de la difusa calle contigua, reflejada en sus ensoñaciones. Sudoroso y agitado, intentaba protegerse de los antropomorfos seres que se lanzaban con desgarro sobre su más preciada hombría, dragones, leones alados y centauros milenarios sobrevolaban los rugientes y encapotados cielos aparecidos sobre aquella dramática noche. Al final de aquel delirio, solo le aliviaba el recuerdo del extraño animal cuadrúpedo que raudo y veloz le alejaba, como alma que lleva el diablo, de tan siniestro lugar... Al albor, Juan, el cantero, seguía golpeando, cada vez con más fuerza, la ya transformada roca... acuñándose para siempre en su nueva forma. Y así comenzó su leyenda".


Pila Bautismal
Es posible que la pila bautismal de Guardo cumpla en breve un milenio, o incluso sobrepase dichos mil años, de ahí que yo no sepa clasificarla adecuadamente si es de época románica o pre-románica, ¡vete tú a saber! Es toda una auténtica joya arqueológica de la que los Guardenses estamos plenamente orgullosos. Es un reto latente para los especialistas desgranar sus misterios, no solamente el de encontrar fielmente la época en la cuál fue tallada, el dónde, para quién y por quién, sino también, el significado de las figuras que "nuestro artista local, Juan, el cantero", quiso representar sobre ella... y cuáles fueron los "sueños" que le inspiraron mientras tallaba la otrora roca, hoy hermosa obra. Lo que si es verdad, es que esta joya espera impasible el paso del tiempo cuanto menos de otros tantos milenios a la vera de los guardenses, lugareños que, con plena seguridad, custodiarán su más preciado legado y que disfrutarán durante ese mismo tiempo, al menos yo eso espero, del interior de este santo lugar; templo bendito para generaciones enteras de guardenses donde se respira un ambiente cargado de inmensa espiritualidad. Todo el interior del templo es un auténtico espectáculo en piedra viva convertido en arte cargado de devoción, fervor, misterio y leyenda. Son espectaculares sus bóvedas de crucería en forma de estrella que protegen las tres naves de las que consta su planta, y que... su divinidad protegieron, en algún tiempo olvidado en el recuerdo... a sus fieles. En cada rincón, como antes ya he mencionado, se respira un profundo halo de espiritualidad sin igual, dotando a todo el recinto de un ambiente monacal único. Mires adonde mires, encuentras algo para descubrir y disfrutar; bien sea la capilla antes mencionada o su hermoso altar, presidido por una excepcional talla de Cristo Crucificado, la brillante obra en madera policromada de San Antonio de Padua, datada en el siglo XVIII y tallada con gran maestría, o la misteriosa tumba... que tiene impregnada sobre su lápida exterior unos símbolos, "posiblemente", relacionados con la Orden del Temple... ¡esto ya lo veremos!, más clara parece su procedencia de época tardogótica. Pero esta será otra historia... historia no menos "chica", que gracias a mi buen amigo, Amos Rodrigues Allende... iremos descubriendo poco a poco... y en otro momento. Atentos que hay más... leyendas.

"Guardo no tiene historia", a ver quién se atreve ahora a mantenerlo...

#Palencia, un gran museo al aire libre.

Tumba en el Arcosolio funerario de la iglesia... ya se descubrirá el misterio
Calle La Iglesia
ViewsIglesia de San Juan de Eduardo Gutiérrez Pérez. Visita virtual del interior de la iglesia en 360º, girar la imagen con el ratón


Fotografías propias previamente retocadas
Mi blog de fotografía: 

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