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Carrión de los Condes, un viaje por el tiempo... Santa María del Camino


¿Quieres hacer un viaje en el tiempo? ¿Sí? Pues acompáñame... coge tu mochila y vente conmigo hasta Carrión de los Condes, aunque sea virtualmente... te emocionará. Antes tengo que confesarte un secreto, bueno, más bien... lo que es un secreto a voces, pues Carrión puede, bien merecidamente, presumir como nadie del impresionante patrimonio que cobija entre sus históricas calles. El secreto es sencillo, y la verdad  es que poco tengo que desvelar, simplemente contarte que hace unos días estuve en esta hermosa ciudad palentina... y ya entonces escribí sobre ella... sí, narré como bien pude algo sobre la impresionante iglesia de Santiago (clic en el enlace), que alberga la Plaza Mayor de esta noble Villa. Tengo que confesarlo, me impacto el imponente friso que corona la puerta de entrada del poniente de tan hermoso templo, tal vez, el más espectacular del románico palentino, pero también dicha visita dejó una imborrable huella en mí... me impactó el halo de ambiente misterioso que rodean las calles que colindan este bello templo carrionés.

Por ello, este nuevo viaje en el tiempo, simplemente se va centrar en otra de las joyas del románico de la provincia palentina, a la sazón, como en el artículo anterior, también en Carrión... es de lo más espectacular en románico, no solamente de dicha ciudad, sino también de toda la provincia y posiblemente de toda nuestra nación. Como buen inicio de esta nueva visita, si me lo permites, es buen punto de partida el monumento ubicado en la intersección principal, al este, con la calle que lleva el mismo nombre que la iglesia, Santa María, para finalizar este breve pero intenso recorrido, en la plaza de la misma acepción fonética y, así, disfrutar de una privilegiada panorámica del lateral del poniente del conjunto eclesiástico propuesto. En el primer momento, observaremos la bonita "estatua" -que poco me gusta esta denominación para este caso concreto- realizada en merecido homenaje a la infinidad de peregrinos que han cruzado, ataviados con su ornamenta más característica y habitual, las emblemáticas calles de la localidad. Además, como lujo añadido, y a la vista de tan peculiar peregrino, encontraremos parte de la muralla medieval, que fortificaba otrora a la ciudad. El conjunto monacal observado desde dicho lugar, es una estampa espectacular, pues desde el mismo momento en el que estás junto a él, palpas a tu alrededor el incesante goteo de peregrinos que, "cacha en mano", suspiran a su paso, observando este emblemático conjunto medieval.


Fue, por allá... por los años centrales de la doceava centuria del calendario gregoriano, cuando se cultivó y germinó la construcción de esta iglesia. Por entonces, Carrión era ya un importante paso de devotos fieles que atravesaban estas tierras terracampinas, camino de polvo y trigo, en busca del lugar del santo. Era y es, también, comarca de gentes hospitalarias, lugareños que entregaban gran parte de su legado, y no solo humano, a la atención, cuidado, cobijo, alimentación y hospedaje, para el descanso del peregrino. Hoy, esto que aquí cuento, se refleja, aun más, en sus modernas y cuidadas calles, rincones, etc., impregnadas de cultura y tradición, a la par que sus gentiles habitantes se esmeran en colmar los sentimientos de los visitantes con sus mejores galas... estos, bien saben agradecérselo, pues camino adelante, salvando penas y esfuerzo, llevan alojado en su mochila el retrato perpetuo de este gentil pueblo.


La Iglesia de Santa María del Camino es una de esas curiosas obras de época del románico, un tanto peculiar y singular, entre otros motivos, por la gran dimensión de la edificación en sí, templo de culto que parece querer iniciar la ruta hacia las iglesias catedrales que albergan muchas de las localidades vecinas, de las cuales ya he dado buena cuenta en este mismo blog. Pero si algo llama poderosamente la atención, es su puerta de entrada meridional. Un pórtico que seguramente ha sufrido importantes variaciones a lo largo de su peregrinar por la linea del tiempo de la ciudad. Los dos arbotantes que custodian la entrada la dan un aspecto entrañable y ancestral... pero que muy ancestral, aunque son la causa principal que hizo que su friso sufriera importantes modificaciones con respecto a su hechura original. Este, desgraciadamente, está algo deteriorado, aun así, se puede observar con detenimiento y disfrutar leyendo su "escritura gráfica", tallando sobre estas divinas piedras el episodio de la Epifanía, liturgia cincelada sobre unas piedras de sillería perfectamente acopladas en sus hermosas arquivoltas y que el magistral tallador de aquel mágico momento quiso representar.


A la derecha, a la vista del espectador, un rey Herodes entronizado ordena la matanza de los inocentes, y como ya he comentado anteriormente, los arbotantes instalados con posterioridad "consiguieron" hacerse para sí mismo... con los súbditos del rey; modificando ya para siempre su posición original. Este hecho, en tiempos posteriores, seguramente fue procesado por un tallador menos adiestrado que su ejecutor original. Si seguimos leyendo cuidadosamente sus piedras... sus Majestades, los Reyes Magos de Oriente, van camino a palacio, mientras, uno de ellos, en una posterior escena, entabla conversación con un altivo rey Herodes, que se encuentra de nuevo entronizado, parece ser, que escuchando sus preguntas, tengo que decir que, en este caso, no sé si le prestaba alguna atención. La escena continua entregando sus ofrendas al niño recién nacido... pero eso ya es otra historia... pues el tiempo ha hecho verdadera mella sobre las escenas grabadas en este friso. El artesanal conjunto se cubre bajo cubierta a modo de galería semi-arconada, y bajo esta, ostenta una espectacular techumbre artesonada, que es un auténtico lujo visual. El pórtico luce cinco arquivoltas con interesantes detalles arquitectónicos, y capiteles bastante bien conservados, que  nos recuerdan su origen más románico.



Su interior mantiene un aspecto de gran iglesia. Sus tres naves, segmentadas en cuatro tramos, le otorgan al templo una amplitud poco común para el estilo de la época, posiblemente por la concepción y dedicación de la edificación a la atención y culto del peregrino. Está rematada con dos ábsides, mostrando una planta de fábrica románica bastante modificada por los añadidos y ampliaciones posteriores, uno de estos ábsides, el del sur y colindante a su bella galería meridional, está en posición privilegiada para fotografiar, el otro... te le tienes que imaginar. Su espadaña también es bastante curiosa, pues parece más bien el contramuro de un sobre techo añadido, esto lo especulo yo a la vista de su torre campanario poco común para las iglesias hermanas en fecha, aun así, es verdaderamente digna de admirar. Hay más, por supuesto, pero esto lo dejo para que tú, amigo lector, te acerques a Carrión, descubras esta bella ciudad, y te deleites con la majestuosidad de su interior más espiritual.

Enlace para acceder a toda la galería multimedia y fotografías:
https://plus.google.com/photos/109444519101683194944/albums/6121945342266342849?authkey=CNyHydTYhY7ueg

#Palencia, un gran museo al aire libre.







Fotografías propias previamente retocadas
Mi blog de fotografía: 


1 comentarios:

Anónimo dijo...

Es una lección de arte y cultura todo lo que cuentas, muchas gracias por tu blog, es maravilloso.?

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