La primera referencia que tuve sobre San Cebrián de Campos fue allá por el año noventa, siendo este servidor, por entonces, presidente de la Asociación de Discapacitados Psíquicos de Castilla de Guardo (Adecas). Para mí, aquellos años estuvieron llenos de encanto y plenos de satisfacción. Trabajar para/y/con aquellos chicos fue un inmenso orgullo (hoy, ya convertidos en hombres y mujeres, de los que tuve la suerte de aprender mucho sobre el verdadero sentido de la vida), su generosidad y cariño fue una gran parte del legado que me llevé de aquella etapa de mi vida. Pero si alguien me demostró como nadie su amor y solidaridad por estos chicos, fue Chema Hernández, desde que le conocí, siendo él gerente de servicios sociales, era habitual de las "marchas solidarias" que tan querida asociación organizaba por los caminos de nuestra Montaña Palentina, siempre estaba ahí, para lo que le necesitaras.
Por dicha época, yo mismo me creía que mi paso por la asociación serviría para aportar mi pequeño grano de arena en pro de sus generosos fines y objetivos, pero la verdad que fue al revés, fui yo el que de aquellos grandes chicos de ayer, hombres y mujeres de hoy, aprendió una gran enseñanza; aprendí la magistral lección de que nada tienen estos que ver con "los renglones torcidos de Dios", sino que, gracias a dicha experiencia, logré ver y aprendí para siempre, que es nuestra propia soberbia la que nos hace creer "equivocadamente" que estamos delineados, por ÉL, con regla, escuadra y cartabón, nada más lejos de la realidad.
Pero no fue hasta el mismo momento en el que se incorporó a la junta directiva de la asociación, Angel Aguado, gran amigo y por entonces sacerdote de Guardo, cuando empecé a saber algo más sobre el pueblo de San Cebrían de Campos... con mucha más intensidad si cabe. Pues gracias a Don Angel y, por consiguiente, a sus excepcionales enseñanzas, a mi escaso conocimiento sobre la localidad, que de aquellas se limitaba a conocer por mi parte, que en dicha población se ubicada una de las mayores obras de carácter solidario y social que existen en la provincia de Palencia -análoga a la que en esos momentos presidía-, se unió el descubrir que, a su vez, San Cebrián de Campos contaba con una de las más impresionantes Iglesias que luce nuestra extensa y hermosa provincia. Por cierto, Angel, hoy, es el párroco de Villamuriel del Cerrato, localidad que cuenta con un impresionante templo románico del cual en este blog daré buena cuenta. Gracias Fidel Ramos por tu gran trabajo en la Fundación San Cebrián.
Llegar a San Cebrián de Campos desde mi pueblo natal Guardo es realmente sencillo. Simplemente tienes que coger la carretera C-615, en dirección a la capital, y entrar en la población de Villoldo, sí... sí... en el pueblo de los famosos amarguillos de Don Heriberto Pedrosa. Ya en Villoldo, te diriges a la carretera provincial 983, te conducirá directamente hasta San Cebrian de Campos.
Nada más llegar a la localidad, observas con incredulidad la majestuosa figura de su Iglesia Parroquial. En ese mismo momento, eres consciente de la gran importancia que este pequeño pueblo palentino ha tenido en la historia viva de nuestra provincia. La robustez de esta gran construcción se mantiene básicamente intacta desde sus inicios. Su aspecto sobrio, sencillo y funcional, revela el carácter que sus lugareños han cultivado desde siglos, hombres de ayer y de hoy extremadamente ambles y hospitalarios. La Iglesia de San Cipriano y San Cornelio está declarada monumento histórico artístico desde 1994. Sus dimensiones casi catedralicias impresionan, tanto, que yo, por mi cuenta, la he incorporado en la bellísima ruta palentina de las Iglesias-Catedrales (Amusco, Piña, Támara, Santoyo, Villalcázar de Sirga, etc.).
Es un edificio eclesiástico eminentemente ataviado del más característico estilo gótico, le pilló un poco tarde la época del románico palentino, unas decenas de años después, aunque a mí me parece observar aún -tal vez porque estoy demasiado influenciado por mi amor a dicho estilo- algún detalle en sus exterior, propio de esta influencia artística tan predominante en nuestra provincia. Su construcción data del Siglo XIII, seguramente dilatándose su ejecución durante muchos años, pero, a pesar de las vicisitudes y "trasiegos" que en la historia ha acontecido y, como en gran parte de nuestro patrimonio, este legado histórico está perfectamente conservado. El templo preside la plaza mayor del pueblo, desde la que puedes observar su fachada meridional con todo su esplendor, perfecta para preparar tu cámara fotográfica. En su interior, que consta de una sola e inmensa nave, podemos observar unos impresionantes retablos de estilo barroco y rococó que te cortan la respiración. Maestros talladores como Juan de Valmaseda dejaron aquí su mejor impronta, sí, lo digo bien, pues su retablo mayor es digno de admirar y disfrutar. Esperamos tu visita...
Imagen de la web del Ayto. San Cebrián de Campos |
Fotografías propias previamente retocadas
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