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Y el hombre cumplió años... Toro, la ciudad colegiada, muestra también el patrimonio palentino


Internet ofrece innumerables posibilidades, entre algunas de ellas, la posibilidad de conocer lugares sin tan siquiera haber estado presente en el sitio en cuestión. Hubo un tiempo en que este bloguero se dedicaba a viajar a través del Google Earth y por extensión con el Street View. Viajes de salón que, cuanto menos, me permitían explorar lugares a los que difícilmente podría aventurarme a llegar. Pero es verdad que estas posibilidades que ofrecen la nuevas tecnologías no deben suplir en ningún caso la visita a aquellos lugares emblemáticos que tenemos a tiro de piedra y menos aun... si estos son sede de un acontecimiento de primer orden como son las Edades del Hombre.


La verdad que aún tenía en mente la extraordinaria torre cimborrio que luce la Catedral Vieja de Salamanca. Mis años estudiantiles en la capital del Tormes, en los primeros años de los setenta, consiguió, ya de aquellas y casi sin ser consciente, mi conversión en un ferviente amante del románico. La Torre del Gallo, cuya datación se entremezcla con los inicios del gótico -sobre todo en las grandes capitales castellanoleonesas- en aquellos años de mi juventud dejaron en mí una profunda huella, entre otras cuestiones por su extraordinaria belleza.

Pero en honor a la verdad, la ciudad zamorana de Toro había pasado para mí desapercibida. Y eso que había visto innumerables fotografías en Internet de su espectacular colegiata, Santa María la Mayor. Y salvando las minuciosas diferencias, cuando vi en vivo su espectacular cimborrio, ¡cuánto me recordó a la vieja catedral salmantina, qué tanto recorrí por sus aledaños y tantos recuerdos me trae! Fue como un regreso al pasado en el que pude visualizar al mismo tiempo... el espectacular cimborrio de la colegiata de Toro y la bellísima torre cimborrio de la catedral salmantina.


Tengo que reconocer que la ciudad de Toro me sorprendió. Sus calles bien cuidadas, sus monumentos de gran valor patrimonial. El Alcázar, la Colegiata, la iglesia del Santo Sepulcro, la Torre del Reloj... las extraordinarias vistas desde el Paseo del Espolón, desde donde se puede admirar el río Duero y toda su vega, salvada por el Puente Mayor. Pero en esta ocasión mi visita estaba centrada en las Edades del Hombre, con el sobre-título de AQVA, un homenaje en toda regla al agua bendita del Bautismo. Además, me había picado el gusanillo una conversación con Concha, la alcaldesa de Támara de Campos, cuando en una de mis vistas a la impresionante iglesia de Támara esta me indico que una de las piezas que faltaba en uno de sus retablos había partido con destino Toro para destacar entre todo el excepcional arte que allí se iba a exponer: el relieve del Bautismo de San Hipólito, que junto con otras cuatro piezas del arte palentino: una pila de agua bendita de Población de Campos, una naveta de la catedral, un pontifical del Diocesano y un juego de aguamanil proveniente de Ampudia, forman un quinteto digno de admirar en la hoy capital del arte religioso: TORO. Por supuesto, no hay fotos de dichas joyas pues hay que respetar las normas. Os esperamos en el 2018 en Aguilar de Campoo.
































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Verde que te quiero verde... en el nombre de San Juan


Como si de dos inseparables hermanos se tratara, Intorcisa y Muñeca - Muñeca e Intorcisa, afrontados el uno al otro a oriente de la localidad palentina de Guardo, comparten el casi olvidado apellido... de la Peña. Dos pueblos históricos de la Montaña Palentina, que bien pueden presumir de una profunda e intensa historia y latente patrimonio. Hoy ambas localidades comparten destino con su capital administrativa: Guardo.

La iglesia de San Juan Evangelista -conocida popularmente como iglesia de San Juan "el verde"- está situada sobre un altozano, bajo la protección de las primeras estribaciones de la Montaña Palentina, Intorcisa, el pueblo, hoy pertenece al municipio de Guardo. La iglesia, aunque con diversos añadidos y reformas varias, posiblemente date de tiempos del protogótico (finales del románico, inicios del gótico), aunque es difícil de catalogar su fecha de construcción. Consta de una sola nave y en su altar luce un hermoso retablo con columnas de estilo salomónicas, que merece la pena visitar.


El mencionado estilo salomónico se popularizó en España durante la época del barroco, sobre todo en los siglos XVII y XVIII, aunque la inspiración de este singular estilo date de época romana. Se caracteriza por lucir columnas cuyo fuste se esculpe helicoidalmente y se decora con una temática vegetal. Las columnas del retablo de la iglesia de Intorcisa ostentan con pleno vigor este curioso y bello estilo. Asimismo, podemos observar en esta coqueta iglesia una curiosa pila bautismal...¿románica? -así se indica en la placa descriptiva ubicada en el atrio y que detalla las características más destacadas de la iglesia-.


En este aspecto, claro está, no dudo que el lector habitual de este blog pueda llegar entender como, al leer con toda mi sorpresa tal descripción, relativa al estilo artístico de la pila bautismal de Intorcisa, se genera en este bloguero cierta inquietud, bueno... cierta no... mucha, pero que mucha inquietud. ¿Cómo es posible que se haya escapado al objetivo de mi cámara fotográfica tan magnánimo detalle? ¡Restos de mi idolatrado románico a escasa distancia de mi pueblo natal!, -o mejor dicho, dentro del término municipal de mi pueblo natal-. Habrá que investigar más a fondo esta cuestión, pues a día de hoy, no he encontrado ninguna referencia que razone la datación de tan hermosa pila bautismal... pero aún tenemos camino por andar.


Hoy, la pila está situada en una oquedad en el lado del evangelio, justo enfrente de la puerta de entrada. Se observa claramente que no fue su lugar original. José Velez, al cual tengo que agradecer su amabilidad y disposición para enseñarme la iglesia, me cuenta, entusiasmado, que la pila estaba hace unos veinte años en esa misma oquedad, pero totalmente tapiada y arrinconada, hasta que en los años noventa se recuperó, dando visibilidad a dicho rincón, adecentando el lugar, para hoy poder admirar dicha pieza con toda su plenitud. Para algún especialista, cuanto menos el que tuvo el detalle de referirlo en el dichoso cartel de la entrada, nuestra pila bautismal es de estilo románico, curiosamente, su piedra está totalmente lisa y no ostenta ningún motivo labrado sobre su superficie, lo que hace muy difícil su datación, pero esto no le resta ni un ápice de interés. Hay que destacar el curioso tapón del cuenco de la pila bautismal, en el cual se sitúa una concha para impedir el derrame del agua bautismal... santo y seña del peregrinaje por el "Viejo Camino de Santiago", que estos lares atraviesa, acercando a los devotos en su trayectoria hacia Compostela.







Y a la Valdavia llegó San Pelayo


Arenillas de San Pelayo es un pueblo de la provincia de Palencia situado en la comarca de la Valdavia. Es atravesado de pleno por el río que presta el nombre a esta bella comarca palentina lindante con la Montaña Palentina. De hecho, las bellas cumbres del norte provincial se divisan desde el pueblo, dejando sobre el caserío un bello horizonte pleno de vida y naturaleza.

Arenillas tal vez no esté enmarcado en las rutas más conocidas del románico rural palentino, pero esto no le resta ni un ápice de importancia a este soberbio templo, que emerge con orgullo y sabor medieval al sureste de la localidad palentina. En tiempos del medievo, albergó un importante monasterio, bajo el sustento y patrocinio de la poderosa familia de los Muñoz de Saldaña. Desde entonces, múltiples vicisitudes han acaecido sobre esta edificación, siendo además víctima de las tropas francesas y cómo no, también de la famosa desamortización de Mendizabal.


Según te acercas al templo, por su flanco norte, el lugar sorprende con una elegante espadaña, difiere en su estructura de las habituales que podemos encontrar en las iglesias "de concejo" del norte provincial. Tal vez su antiguo porte de cenobio... consiguiera tal diferenciación en la construcción de dicho elemento arquitectónico. Bajo esta, aloja un curioso Pantocrátor con su correspondiente Tetramorfos, pasa prácticamente desapercibido si no elevas tu mirada y observas su cumbre con buena atención. Coronando el hastial del norte luce una imponente portada, desde sus inicios quiso mirar a las montañas norteñas sin ningún tipo de complejo. 

La portada, que nada tiene que envidiar a las más laureadas de la provincia y aunque algo desgastada por el paso del tiempo, es de una gran belleza y consistencia arquitectónica. Luce una entremezcla de capiteles historiados con los más socorridos motivos vegetales, nos hace sospechar que su cantero trabajó en varios templos más de la provincia. Pero es su arquivolta inicial quien centra el interés del visitante. Talla sobre su noble curvatura una interesante legión de personajes, representando las diferentes labores de la sociedad medieval de los lugareños de aquellos tiempos.


La vista desde la parte oriental es impresionante. La cabecera del templo luce tres ábsides que demuestran la importancia del cenobio en sus inicios. Resulta curioso el enfoscado general del exterior, luce un color crema que resalta sobre el resto de edificaciones del lugar... Seguramente, oculte el antiguo ladrillo de su herencia mudéjar, pues tiene semejanza a la antigua abadía de la vecina Renedo de la Vega, pero esto no lo puedo asegurar, es más, Mariano, el custodio actual de la iglesia, enseña y explica con todo lujo de detalle este excepcional legado, me asegura que tras el enfoscado solo encuentras piedra y arena. La simulación de los ventanales cegados del ábside central ofrecen una sensación difícil de expresar una vez que estás en el interior del templo, pues estos dejaron atrás la luz del naciente que, posiblemente en los albores de sus andanzas, regaban de brillo la planta románica de esta excepcional iglesia.


Una vez en el interior... la sorpresa es mayúscula. La zona de culto se olvida de su pasado románico y se prodiga en estilos más modernos, se entremezclan sin ningún rubor con los motivos de su ancestro legado. Soberbio es el capitel que muestra la fiereza de dos trepidantes bestias, no pierden detalle de tu deambular por el templo. Otros capiteles siguen la linea marcada en la portada de entrada, heredan un porte andresino, muy socorrido en toda la provincia. La planta de la iglesia es absolutamente acogedora y señorial, es como si te sintieras en tu propia casa, algo rezuma que la hace especialmente coqueta. Conserva un sencillo púlpito, bien conservado. Conforma planta de tres naves, sustentando una buena amplitud para el culto, contando con los añadidos y reformas posteriores. En el interior de los ábsides aloja el altar mayor, una mesa de piedra rescatada del altar antiguo y una excelsa pila bautismal románica. El ábside central acomoda a su vez dos arcosolios funerarios que tal vez perpetúen la memoria de los patrocinadores de la causa. Digna de admirar es la pila bautismal, románica, algo tardía parece ser, se la observa indicios de un claro goticismo, ostenta dos bandas en toda su extensión, una en la parte superior y otra en la inferior, ambas de bajo relieve, sus motivos dan la sensación de un extraordinario jardín florido.



Pero la joya de Arenillas está según atraviesas la puerta oeste de la iglesia y te adentras en la antigua sala capitular del desaparecido cenobio, impresionante... ¡Ah! Que no os he dicho que esta iglesia formó parte de una edificación mucho más compleja compuesta por un monasterio, que a buen seguro contaba a su vez con un hermoso claustro, datado todo ello del 1132.

En definitiva, un motivo más para acercarte a la provincia de Palencia y añadir en tu agenda la visita a este hermoso pueblo palentino de la comarca de la Valdavia. Ven, verás y disfrutarás.























VISTA INTERIOR EN 360º