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Fundación Santa María la Real, la casa del románico palentino


El máximo esplendor del románico español se instaló en estas bellas tierras palentinas... de la magistral mano de la Fundación Santa María la Real. Esta institución escribe, día a día, agasajada por el paisaje de la villa galletera, la mejor literatura del románico. Sus narraciones son brillantes, sus párrafos magistrales, sus letras... interpretadas al son de históricas vivencias, se caligrafían en tinta dorada. Grafemas perfectamente ensamblados que describen y descubren un nuevo camino... ahora ya sin retorno... hacia el más bello románico palentino.


Y en dicha localidad, la ermita de Santa Cecilia enmudece con elegante porte dinástico a su altivo y eterno acompañante, el castillo. Ensalzada sobre el altozano, que a su vez entrega cobijo a la emblemática fortaleza, la ermita es un buen ejemplo de todo lo que en este libro se atestigua... paradigma del trabajo bien hecho. Trabajo no exento de dificultades que su máximo mecenas, Peridis, ha sabido conjugar con extrema maestría. Al ocaso, muestra un espectáculo de luz sin igual perfectamente transcrito en la oscuridad de la noche galletera. Si alcanzas a leer con acierto su pasado de leyenda, te trasladará a otros tiempos del medievo acuñados en la noble villa aguilarense. No puedes ni debes perdértelo, pues es la senda del trabajo excelso, es, sin discusión, el inicio de... #Palencia, camino del más bello románico.


Aguilar de Campoo es la casa del románico, yo cuanto menos así lo creo. La Fundación Santa María la Real, cuya sede está ubicada en el monasterio que le dona el nombre, se ha encargado de que así sea. Las calles de la villa palentina no solo huelen a galleta, sus piedras emanan un aroma a excelso románico, que en mi opinión no tiene parangón, robando, mil años después, el protagonismo a los hornos de su industria más próspera. No sé si Aguilar es la cuna del románico castellano, tal vez esta expresión, aunque bella, sea exageradamente retórica, pero de lo que ya no me cabe ninguna duda es que, dicha localidad, es quien mece la cuna del nuevo románico español. Incluso, en la imponente colegiata de San Miguel, templo situado en pleno corazón de la urbe y que debe su mejor gala a los aires góticos heredados de las ciudades castellanas más ilustres, mantiene aún entre sus piedras un bello legado artístico arrebatado al mejor románico. Es verdad que, en Aguilar, es visita obligada para el amante del románico y del no... el monasterio de Santa María la Real y la ermita de Santa Cecilia, esta última, como ya he narrado al inicio de este capítulo, luce su bella estampa a los pies del castillo de la localidad. Pero también es verdad, que no solamente dichos templos son la única herencia de su pasado más románico que una vez en la localidad galletera estamos obligados a visitar. Un paseo por los extrarradios del municipio, más en concreto por el popular barrio del Soto de esta noble villa, nos ofrecerá la oportunidad de visitar, armoniosamente conjugados con el casco urbano, los restos de la antigua iglesia de San Andrés.



Dichos restos ponen de manifiesto el intenso mimo con el que los aguilarenses cuidan los vestigios románicos de su ancestral pasado. Hoy, en dicha plaza, encontraremos el pórtico de entrada de San Andrés, testigo de excepción de una época dorada, desencajada del resto de la edificación a la que en un tiempo lejano... muy lejano, ofreció su mejor acceso. La sensación de tridimensionalidad que proyecta sobre el hastial de poniente y de la antigua cabecera triabsidal, hoy auditorio, es una auténtica curiosidad. En la cabecera, solo el ábside central es semicircular, tal como estamos acostumbrados a ver en los templos románicos, los absidiolos lucen pared exterior exageradamente plana. Todo el conjunto se encuentra en perfecto aprovechamiento urbano, pero sin perder ni un solo ápice de su encanto, que aunque no sea el genuinamente original, si lo es en el ámbito sentimental para sus lugareños. Pero la auténtica belleza del románico aguilarense está en la actualidad plenamente significado en la ermita de Santa Cecilia. Este templo conjuga todos los ornamentos necesarios para mostrar al visitante su extremada elegancia. Es sin duda, en mi opinión, la mejor muestra del trabajo de restauración magistralmente realizado. Para mi gusto, se impone sobre el resto de templos románicos de la ciudad. Su privilegiada situación hace que sea la dama elegante del lugar, dando la bienvenida al visitante que aparece por cualquiera de su flanco norte, bien sea el oriental o el occidental. Muestra una esbelta torre de tres secciones en la que podemos admirar un conjunto de ventanales espectacular y una fachada meridional asombrosamente hermosa. Pero si hay algo que llama poderosamente la atención de la ermita, es la imagen fotográfica que recorre como la pólvora las redes sociales: el magistral capitel que muestra la iconografía alegórica de la Matanza de los Inocentes. Solo un simple ejercicio de teclado y ratón, con la leyenda: "La Matanza de los Inocentes de Aguilar de Campoo" en san Google para ser conscientes de las innumerables veces, que contradiciendo a su dramática denominación, este imponente capitel ha sido inmortalizado en Internet.

Vista Virtual. Para interactuar con la imagen hacer clic en los iconos relativos a información (i), para obtener una descripción más detallada de las diferentes zonas de interés de la vista virtual. Los iconos que representan una flecha (<) indican la posibilidad de acceder directamente a la vista interior de la iglesia. Con el ratón se puede mover la imagen en todas las direcciones -360º-.




 
 
 













MAPA PALENCIA, UN GRAN MUSEO AL AIRE LIBRE


Fotografías propias previamente retocadas
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